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Arthur Conan Doyle, ¿asesino impune?
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RODGER GARRICK-STEELE (Fotografía de Marc Hill)

El investigador que sostiene que Bertram Fletcher Robinson -junto a cuya tumba aparece- es el verdadero autor de "El perro de los Baskerville", firmada por un colega que le traicionó y asesinó, nada menos que Arthur Conan Doyle.

 

 

 

Artículo aparecido en Akásico.com

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¿Era Conan Doyle un ladrón y un asesino?

Funcionarios de Scotland Yard investigan los presuntos misterios ocultos tras las narraciones de Sherlock Holmes.

"Cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad". Esta conocida máxima de Sherlock Holmes ha encontrado en la actualidad una ocasión ideal para ser puesta a prueba. Se trata de un oscuro misterio de aquellos que tanto apasionaban al creador de este personaje Sir Arthur Conan Doyle. Detectives de Scotland Yard investigan actualmente la muerte, hace aproximadamente un siglo, de un amigo íntimo del escritor - y el principal sospechoso el propio Conan Doyle.

¿El móvil? De acuerdo con la investigación, Sir Arthur copió la novela El perro de los Baskerville - y posteriormente envenenó a su verdadero autor para evitar ser acusado de plagio. Por si esto no fuera suficiente, parece ser que Conan Doyle no actuó en solitario en el asesinato de su amigo Bertram Fletcher Robinson, sino en colaboración con la esposa de éste, Gladys, con la que mantenía una apasionada relación. La acusación aparece formulada en un manuscrito de 446 páginas titulado La casa de los Baskerville , fruto de 11 años de investigación.

El escrito ha suscitado una furibunda reacción por parte de la Sherlock Holmes Society que, enojada por esta mancha en la reputación de Conan Doyle, ha calificado las acusaciones de "absoluto sin sentido". Sin embargo, Rodger Garrick-Steele, un psicólogo jubilado, principal defensor de esta teoría, basada en cartas, y un importante cúmulo de pruebas circunstanciales, ha despertado el interés de Scotland Yard, tan a menudo beneficiciaria de las genialidades de Holmes.

Un responsible de la brigada criminal ha escrito a Garrick-Steele prometiéndole investigar las acusaciones que realiza. En el núclo de esta teoría, se encuentra El perro de los Baskerville que pudo ser escrita por Bertram Robinson, un periodista muerto misteriosamente a los 36 años de edad. El trabajo de Garrick-Steele comenzó en 1989 tras mudarse a Park Hill House en la localidad de Ipplepen (entre Devon y Dartmoor), el escenario de El perro de los Baskerville.

Es ampliamente conocido que a Conan Doyle le vino la inspiración para este libro, publicado por entregas en 1901, de sus estancias con su amigo Robinson y de las historias sobre bestias fantasmales que se cuentan por los páramos. Tomó incluso el nombre del jardinero de los Robinson, Harry Baskerville, para dar título a su libro.

Garrick-Steele comenzó su trabajo detectivesco cuando una fotografía tomada en 1865 representando a Conan Doyle de niño, que se encontraba colgada de la pared del cuarto de estar, comenzó a caer repetidamente al suelo sin que hubiera ninguna razón aparente que lo explicase. Pensó que a través de aquella señal alguien le quería decir algo. Así comenzó una investigación que le llevó a concluir que la génesis de El perro de los Baskerville se encuentra en un libro escrito por Robinson un año antes, en 1900, titulado Una aventura en Dartmoor . Garrick-Steele ha sacado a la luz este libro, cuyas similitudes con el trabajo de Conan Doyle son sorprendentes: "Debió ser extremadamente amargo para Robinson ver como su amigo se aprovechaba de su trabajo mientras que el nombre de su jardinero, Harry Baskerville, aparecía en la portada con letras de oro".

El libro fue un completo éxito, llegando a los estantes de las librerías ocho años después de que Conan Doyle hubiera intentado matar a su personaje empujándole desde lo alto de las cataratas de Reichenbach en persecución de su archienemigo, el Profesor Moriarty. La resurrección de Holmes fue una jugada maestra a nivel editorial pero, de acuerdo con Garrick-Steele, solo fue posible gracias a Robinson - lo que colocó a Conan Doyle en una "posición sumamente ignominiosa": "Doyle pudo ver en ello una tremenda amenaza, así como un motivo para desembarazarse de Robinson. De hecho, Doyle tenía que desembarazarse de Robinson."

Según Garrick-Steele, Gladys Robinson, frustrada por su incapacidad de tener descendencia con su marido, comenzó una aventura con Conan Doyle: "Empleando sus vastos conocimientos médicos - recordemos que Conan Doyle estudió medicina y Holmes era famoso por su conocimiento de los venenos- convenció a Gladys para administrar graduales, pero letales dosis de láudano a su esposo".

Robinson murió a los 36 años el 21 de enero de 1907, oficialmente de tifus, siendo enterrado en Ipplepen. Garrick-Steele cree que aún hoy una autopsia revelaría la verdad. Ya ha iniciado gestiones para obtener permiso para la exhumación del cadáver: "Hay muchas piezas que no encajan - como una fotografía que nos muestra a un Robinson completamente saludable tomada en el mes de enero, cuando se suponía que debía estar en su lecho de muerte?.

 

 

 

Publicado en El Mundo. Enlace a la página

Reportaje

Por Irene Hernández Velasco

Se trata de un misterio tan oscuro como aquellos a los que en sus tiempos se hubo de enfrentar Sherlock Holmes, que durante casi un siglo ha permanecido oculto y cuyo secreto se habrían llevado a la tumba sus protagonistas...

Hasta que un tal Rodger Garrick-Steele, un ex psicólogo metido a investigador aficionado, comenzó un día a husmear en la vida de Arthur Conan Doyle.

Reportaje

Reportaje

Basil RathboNe (izqda.) y Peter Cushing (dcha.) encarnaron al famoso personaje.

Hoy, tras once años de pesquisas e indagaciones, afirma sin que le tiemble la voz que El perro de los Baskerville, una de las más celebradas aventuras de Sherlock Holmes y Watson, no salió de la pluma del respetado escritor, sino de la de otro. Y que Conan Doyle no sólo no escribió la aclamada novela sino que, además, envenenó al verdadero autor de la misma para que el mundo no conociera jamás la verdad. ¿Es creíble que Doyle fuera un vil asesino?

Todo esto podría sonar a cuento. Pero el caso es que las pruebas circunstanciales que Garrick-Steele ha reunido en contra del escritor son bastante convincentes. Y se compilan en un libro de 446 páginas que lleva por título La casa de los Baskerville, en el que, a través de cartas, testamentos y certificados de defunción concluye que Conan Doyle engañó y mató, por este orden, con la gloria literaria como móvil. Sin duda, la versión tiene todos los ingredientes para atraer a Hollywood.

Retrocedamos en el tiempo hasta 1901, cuando vio la luz El perro de los Baskerville. Ocho años hacía entonces, ocho, que Conan Doyle no se sentaba a escribir un libro, tras liquidar en 1893 a Sherlock Holmes haciéndole despeñarse por las indómitas cataratas suizas Reichenbach mientras perseguía a su enemigo jurado, el malvado profesor Moriarty.

Dicen que sir Arthur había terminado aborreciendo a su detective. "Estoy pensando en matarlo de una vez por todas. Me quita tiempo para dedicarme a cosas mejores", hacía saber a su querida madre en una carta fechada en 1891. La idea de acabar con el investigador no se le iba al escritor de la cabeza. Y cuando, durante una visita a Suiza en 1893, sir Arthur contempló las impresionantes cataratas, decidió que allí sería donde Sherlock Holmes habría de pasar a mejor vida. En diciembre de 1893 se consumó el crimen: en el último capítulo, Mirada retrospectiva, publicado como el resto en la revista The Strand Magazine, Gran Bretaña asistió horrorizada a la muerte de su querido personaje.

Liberado ya del peso de Holmes, Conan Doyle se dedicó entonces a ver mundo. Pasó una larga temporada en Egipto (donde le pilló la guerra entre los británicos y los derviches), viajó a Sudáfrica (donde se dejó la piel en la empresa de levantar un hospital)... Y, entre viaje y viaje, pasó largas temporadas en la localidad de Ipplepen, en el condado de Devon, alojado en casa de su querido y entrañable amigo Bertram Fletcher Robinson.

Artículo completo en este enlace...

 

 

EL MISTERIO DEVELADO

El crimen de Arthur Conan Doyle.

Estimado profesor: Recibí su libro Enigmas develados y veo que, como se dice vulgarmente, "no deja títere con cabeza". Pero mi propósito al escribirle es saber si tiene algún dato sobre la veracidad o la mentira que se está difundiendo acerca de que el autor de Sherlock Holmes fue nada más y nada menos que un vulgar asesino. Me refiero a la opinión de un tal Rodger Garrick-Steele, ex psicólogo metido a investigador aficionado, que un día comenzó a husmear en la vida de Arthur Conan Doyle. ¿No estará buscando fama esta persona a costa de la personalidad del creador del genial detective?

Amalia M.

RESPUESTA

Apreciada Amalia: En mi juventud he sido un apasionado lector de las aventuras de Sherlock Holmes. La primera que leí fue "Estudio en escarlata". Recuerdo que todo se basaba en un nombre escrito con sangre en la pared: "rache" (venganza, en alemán).

Verdaderamente amé ese libro. Pero ahora, frente a tu pregunta, tengo que exponer la verdad, y ésta es que sí, que tiene razón Garrick-Steele, el creador del detective fue un vulgar ladrón y asesino.

Doyle, junto con Gladys, su cómplice y amante, que era esposa de su amigo Bertram Robinson, lo envenenaron. Uno de los motivos fundamentales del asesinato fue que Robinson era el verdadero autor de una de las más afamadas aventuras de Sherlock Holmes, "El mastín de los Baskerville", del cual se hicieron varias películas, y Doyle se la apropió y la publicó como suya.

Robinson murió sorpresivamente, cuando nadie lo esperaba, ya que tenía 36 años y gozaba de una salud de hierro. Sin embargo, casi de la noche a la mañana decayó y falleció. No hay que olvidarse que Arthur había estudiado Medicina en su juventud, de modo que sus conocimientos de venenos eran más amplios que los de una persona corriente.

Oficialmente, su deceso fue atribuido a la fiebre tifoidea. Pero la verdad es que su esposa Gladys lo envenenó con láudano, un poderoso tóxico a base de opio, y cuyos efectos, como bien lo sabía el doctor Doyle cuando se lo entregó, podían hacerse pasar por esa enfermedad febril.

Bertran Fletcher Robinson murió el 21 de enero de 1907, seis años después de que se publicase, con éxito extraordinario, El mastín de los Baskerville, y ocho años antes de que Doyle fuese nombrado caballero. El crimen de Robinson fue el único crimen que no pudo descubrir Sherlock Holmes.

Bienvenida al Club. Un fuerte abrazo.

NOTA: Te transcribo los diálogos respectivos de la sesión del 17/9/02 donde se trató el tema:

Interlocutor: . Aquí tengo un artículo publicado en Internet que dice que funcionarios de Scotland Yard investigan desde hace un siglo la misteriosa muerte de Bertram Fletcher Robinson, recayendo todas las sospechas en el autor de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle, que era su amigo. Hay un investigador particular, llamado Rodger Garrick-Steele, psicólogo jubilado, que es principal sostenedor de la teoría que sindica a Doyle como el autor intelectual de la muerte de su amigo. Aduce que la mujer de Robinson, Gladys, era la amante de Doyle, y que éste la convenció para que le administrara a su esposo láudano, un poderoso veneno, para deshacerse de él.

Ruanel: Sí, ese investigador está en lo cierto. El asesinato se debió fundamentalmente a que Doyle le robó ideas a su amigo Robinson y con su muerte se evitó ser acusado de plagiario, lo que hubiera destruido completamente su reputación, que en esa época era bastante alta.

Interlocutor: ¿Robinson había sido el verdadero autor del famoso relato llamado "El mastín de los Baskerville", que tanto éxito tuvo, no solo en las librerías sino también en las películas que se filmaron sobre el tema?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: Y por supuesto, no fue descubierto.

Ruanel: No, no fue descubierto... Me retiro, el receptáculo está completamente desestabilizado... Un abrazo...

Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y muchas gracias.