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Comentario sobre los Papas de la Iglesia Católica

Grupo Elron

 

Por Ariel C.

            El Papa es el “máximo jefe” de la Iglesia Católica, y lo primero que se le viene a uno a la mente es pensar que una persona que tenga en sus manos los hilos de tan enorme y mundial institución religiosa debe ser alguien muy bueno, muy inteligente, muy ético, y que se acerque en lo más que pueda a la otra figura de máximo nivel, Jesús.
            Sin embargo la realidad nos muestra otra cosa; algunos papas a lo largo de la historia han sido todo lo contrario a Jesús: intolerantes, nada permisivos, necios, etc. En otras palabras, algunos papas se han acercado más a un demonio que a un santo…
            Y el extinto Juan Pablo II no es la excepción. Si bien no ha sido lo que se puede catalogar como “mala persona”, y muchos han resaltado sus constantes luchas a favor de la paz y del diálogo interreligioso, su largo pontificado ha dejado mucho que desear, lo que se ve a nivel de los feligreses, ya que hay una constante, desde hace años, de continua pérdida de miembros a manos de las ramas evangélicas del cristianismo.
            Partidario de la concentración del poder en Europa, que tiene más cardenales por país que Latinoamérica, donde reside el mayor porcentaje de católicos del mundo, Juan Pablo II fue un reconocido luchador en contra de la llamada Teología de la Liberación, nacida justamente aquí en las tierras americanas, plagadas de pobreza constante que mira como los sacerdotes vaticanos se bañan en tinas de oro.
            Partidario también del Opus Dei, conocido grupo católico ultraconservador y muy elitista para con sus súbditos, algo totalmente contrario a las enseñanzas de Jesús, quien “supuestamente” es el máximo exponente de dicha iglesia.
            Partidario de la manipulación a través de la ignorancia y del temor, como con el tema de los anticonceptivos, permitiendo que miles de jóvenes día a día no practiquen un sexo seguro y sean víctimas de embarazos no deseados, abortos en condiciones pésimas, enfermedades de transmisión sexual, pobreza, hambre. Todo lo contrario al “enseñarás al que no sabe” que predicaba Jesús.
            Partidario del ocultamiento de sacerdotes pedófilos, partidario por lo tanto del ocultismo, partidario y cómplice por lo tanto de un crimen que puede ser catalogado como uno de los peores pecados, el abuso de niños.
            Partidario de reglas absurdas como el tema de no permitirle la comunión a los divorciados vueltos a juntar en pareja y de otras tantas “leyes” asfixiantes, todo lo contrario a la libertad que siempre mostró Jesús, ya que como es bien sabido y uno puede comprobar en las escrituras, él nunca implementó ninguna otra regla que no sea la del amor al prójimo.
            Y he aquí que todo en la vida se paga, y como dice la frase “a quien mucho se le da, mucho se le va a exigir”, no quisiera estar en la piel del espíritu que encarnara como Juan Pablo II, quien habiendo llegado a tener el poder de dirigir multitudes, de cambiar el mundo tal vez en algún porcentaje; aun así ha desperdiciado esa oportunidad, si es que Dios verdaderamente lo puso en ese lugar (como los católicos creen), solo él sabe el grandísimo karma que seguramente se debe de haber generado, porque seguramente un día Dios nos dirá: “te puse en tal lugar y te di tales dones, ¿qué has hecho tú con eso que te he dado para el bien de tus prójimos?”