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Psicoauditación - Luís D.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 24/09/2015
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Luís D.

La entidad comenta una vida donde vagó por la Hungría de la Edad media con Príncipes, Papas, persecuciones, muertes. Vagó por diversos pueblos, sin fortuna... Aunque encontró compañía se generó engramas de pertenencia que le persiguieron en otras vidas.

Sesión en MP3 (2.354 KB)

 

Entidad: Nací en una época turbulenta. En el mundo occidental cristiano todos hablan de lo magnánimo y lo bondadoso que es ser religioso. Había nacido en Hungría cerca de Nishvaro, poco antes del año 1000. Había distintas tribus, nos sentíamos cómodos con el Gran Príncipe y con los jefes menores. Pero hubo sismas, sismas donde dejaron de respetarlo hasta que apareció Esteban en Esztergom, que era la capital del principado.

Esteban trataba de hacer las cosas bien. En el 996 dio a conocer su inclinación cristiana en suelo húngaro. Y formó el nuevo reino de Hungría donde él fue coronado en el año 1.000 como Esteban I. Encima bendecido por el Papa Silvestre II. A ver, hubo muchas persecuciones, muchísimas persecuciones.

 

Yo me llamaba Emérico. Mis padres, cuando asolaron una de las aldeas de Transilvania, murieron quemados. Con dieciséis años tuve que escaparme.

Cuando conocí a Zarolta, ella era de familia cristiana. Yo me disfracé de ferviente creyente y que no me relacionaran con mis padres. Zarolta era una buena joven pero no es que yo estaba enamorado. Formalizamos un compromiso más que nada para evitar ser perseguido. Por dentro me sentía molesto, absolutamente molesto, Esteban estaba barriendo con todas las aldeas para derrotar el sistema tribal.

 

Cuando conocí a Zarolta me sentí impactado con su belleza. Ella de entrada me dijo: "Soy cristiana por naturaleza pero lo que está haciendo Esteban, matando cientos y cientos de personas para acabar con el sistema tribal, es algo que no soporto. Encima, fíjate Emérico, que colocó un ispán". Ispán se les llamaba a los gobernadores de provincias.

 

No sabía qué hacer porque verdaderamente esta joven me había tocado el corazón. No es que me dejé llevar por un impulso, me dejé llevar por el verdadero sentimiento.

Dejé de lado a mi prometida, la seguridad de su familia, la protección y me fui, me marché. Pero en una de las revueltas, a la que era mi enamorada la matan. Prácticamente mi alma quedó huérfana. Descubrí quienes habían sido los culpables: Bestren, Stergon y un romano, un romano llamado Marco. Protegido por la oscuridad y con una daga que sabía manejar muy bien, acabé con ellos.

Pero siempre, siempre hay un testigo, un tal Gueka, que me acusó. Tuve que salir escapando.

Me escapé de lo que se conoce como Budapest, siempre fueron dos ciudades separadas por el río Danubio. Me escapé hacia el norte a Lőrinczy, Szikszó, Miskolc, Szerencs, Nyíregyháza... Trabajé en distintas posadas, con mi corazón vacío por la injusticia. Nunca estaba mucho tiempo en un lugar. Bajé para el sur, para Debrecen.

 

En Debrecen conocí a un señor de poco más de cuarenta años, Lazlo. Lazlo fue prácticamente mi protector, me enseñó el arte de las telas, aprendí a trabajar con todo tipo de ropa. Me quedé con él. Él era viudo, habían matado a su hijo en una de las revueltas tribales pero no era una persona resentida. Le conté mi historia, no me juzgó ni me prejuzgó, tampoco dijo para calmarme "Es lo que tenía que ser, es la vida, es el destino, es la suerte", no. Y no hablaba mal de Esteban, que con el tiempo lo consideraron santo. Un santo que mató a miles de personas en distintas aldeas para acabar con todo lo que es tribal, como ya lo he dicho antes.

 

Me quedé con muchos engramas de no tener un lugar de pertenencia, de tener temor por que se alejen o pierda seres queridos, porque no todo el mundo entienda mi forma de pensar, porque no todo el mundo comprenda mi sentimiento interno. Y obviamente, esos engramas me condicionaron al punto tal de no tener la paciencia necesaria para comprender a los demás o ponerme en el lugar del otro y prejuzgar apresuradamente. Pero no es lo mismo verlo de afuera que verlo de adentro. Todo el mundo habla de ponerse en el lugar del otro pero no saben lo que es "el lugar del otro".

 

Un tal Txeker tenía problemas con Lazlo, lo acusó de alterar el orden, lo detuvieron. Lazlo una persona tan extraña, cuando lo detuvieron me señaló a mí con odio:

-Emérico, seguro que fuiste tú quien me denunciaste por esa lealtad estúpida que tienes con Esteban I.

 

Lo golpearon, nunca supe más de él. Las autoridades me felicitaron por ser leal al rey. Mi parte reactiva estuvo a punto de echar todo a perder pero hubiera arruinado el acto teatral de Lazlo para que yo no caiga también prisionero. Por las noches lloraba cuando supe que Lazlo había muerto.

 

Tenía muchísimo dinero ahorrado, quedó en mí poder. Encima había escrito ante el notario que quedaba todo a mi nombre, que inmediatamente vendí y me marché al sur a Derecske, a Komàdi, a Vésztő, Békéscsaba hasta llegar a Szeged. Ahí me erradiqué, me puse una tienda, una tienda bastante, bastante grande, tomé dos personas y prosperé. Me sentí extraño, extraño porque me sentía solo, absolutamente solo. Era muy difícil el convivir.

 

Cuando conocí Aneska -Aneska era huérfana, le interesaba el tema de las telas- en dos meses, con dos testigos me casé con Aneska. No tuve ese encandilamiento pero fue conquistando mi corazón por su bondad. Ella era religiosa pero detestaba todo tipo de violencia. Éramos muy parecidos en la forma de pensar. Me dio un sólo hijo pero me sentí gratificado, le pusimos Benci, que significa Bendito. Y a partir de ese momento fui feliz.

 

Seguramente otros thetanes coincidirán conmigo de que los primeros años de infancia, de adolescencia te dejan una marca de por vida que la felicidad posterior no te la borra. Obviamente que no voy a ser injusto con Aneska, ella me dio mucho más de lo que yo esperaba de la vida.

 

Nunca me olvidaría de Lazlo, de mis padres, de mi aldea de origen. Dios me había premiado con una mujer, con un hijo. Benci era mi heredero, solamente le rogaba a Dios que él no tuviera -en ese momento el nombre no existía pero yo como thetán lo digo-, que no tuviera los engramas que yo había adquirido y me condicionaron en distintas vidas posteriores.

 

Gracias por escucharme.