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Las piedras de Ica
Grupo Elron

 

Desde principios de la Era Cristiana diversos contingentes de extraterrestres, provenientes del mismo planeta --Arbel IV--, se asentaron en lo que hoy es Perú y países adyacentes. Los trajo su afán colonizador y enseñaron a los pobladores terrestres, muy ignorantes en esa época, los rudimentos de diversas ciencias a través de grabaciones realizadas en piedras.

Los arbelianos eran verdaderos gigantes rubios, de tipo nórdico, muy similares a los immanos que se encuentran asentados en la isla "Friendship" al sur de Chile. Era lógico que los habitantes de aquella época los consideraran como dioses...

JAVIER CABRERA DARQUEA

Acertó al descartar la posibilidad de que las piedras hayan sido grabadas por los Incas. Afirmaba, con excelente criterio, que las piedras eran muy anteriores al período en que los incas vivieron en Perú y, además, que las piedras daban fe de conocimientos tecnológicos que los incas nunca poseyeron.

MUSEO DEL DOCTOR CABRERA

STEGOSAURIO

MAPA

CESÁREA

ASTRÓNOMO

Los "gliptolitos", como bautizara el doctor Cabrera a las piedras grabadas, no eran más que cuadernos escolares utilizados por los extraterrestres para enseñar a los indígenas.


QUETZALCÓATL
("Serpiente emplumada")
Disfraz que utilizaba uno de los jefes extraterrestres
para impresionar a los indígenas.

 

 

 

La historia conocida I

 

PIEDRAS GRABADAS DE ICA

Public. por "Lo Inexplicable" on line (Enlace a la página)

Corría el mes de Mayo de 1966. Al consultorio del doctor Javier Cabrera, situado en la Plaza de Armas del pueblo de Ica, llegó su amigo Félix Llosa Romero, llevándole un regalo. Se trataba de una piedra ovalada, de color negruzco y aristas redondeadas; tenía grabada en una de sus caras la imagen de un extraño pez y su peso era mayor del que, a primera vista, correspondía a su tamaño. "Quedará muy bien como pisapapeles en tu escritorio", dijo Llosa, sin imaginar que su gesto amistoso sería el punto de partida de una larga investigación y de una polémica que iba a dividir a los estudiosos de la arqueología peruana.

No era ésta la primera piedra grabada que veía el doctor Cabrera. Treinta años antes, en la hacienda de su padre, una máquina que realizaba una perforación había extraído una piedra semejante de las profundidades de la tierra. Los obreros que realizaban el trabajo afirmaron que era una piedra inca; estaban habituados a desenterrar alfarería, metales y trozos de tela que daban testimonio de la orgullosa cultura que floreció en el Perú hasta la llegada de los españoles. El doctor Cabrera había olvidado el incidente, pero el gesto de su amigo hizo revivir su interés por las extrañas piedras y le preguntó dónde la había obtenido. Llosa le dijo que su hermano poseía una gran colección, proveniente del caserío de Ocucaje, donde un "huaquero" (campesino que realiza excavaciones arqueológicas clandestinas) las extraía por docenas.

Esto despertó la curiosidad del doctor Cabrera quien, a lo largo de los años, ha reunido una colección de miles de piedras grabadas. Y, lo que es más, ha realizado una interpretación, tan original como subjetiva, del posible significado de los grabados. Esta interpretación ha sido recibida con gran escepticismo por la arqueología y la antropología convencionales, pero, de ser cierta, revolucionaría todas las ideas actuales acerca de la antigüedad del hombre en la Tierra y también de sus orígenes.

Grabado de un simio

Una figura semejante a un simio con una cola muy parecida a los conocidos dibujos de Nazca.

Descifrando las piedras
El doctor Cabrera descarta con firmeza la posibilidad de que las piedras hayan sido grabadas por los incas. En primer lugar porque -según afirma- las piedras son muy anteriores al período en que los incas vivieron en Perú y, además, porque las piedras dan fe de conocimientos tecnológicos que los incas nunca poseyeron. En su enorme colección, el doctor Cabrera ha clasificado las piedras en diversos grupos, según los símbolos que presentan. Hay series que tratan de temas técnicos, otras de temas médicos, geográficos, antropológicos, zoológicos, etc. Esto no es tan fácil de apreciar para un lego; el doctor Cabrera ha atribuido significados a los símbolos que aparecen con cierta frecuencia en las piedras, y afirma que una pirámide -por ejemplo- simboliza una fuente de energía, mientras una hoja es símbolo de la vida, y una figura humana con determinados atributos representa a un hombre "reflexivo", mientras si esos atributos faltan se trata de un robot.

Hay series de piedras que describen con todo detalle la evolución de los dinosaurios, desde el huevo hasta la completa madurez; otras que relatan las incidencias de complejas intervenciones, y otras que explican con todo detalle cómo era el planeta Tierra antes de las grandes convulsiones geológicas que le imprimieron su conformación actual.

El doctor Cabrera ha bautizado a las piedras con el nombre de "gliptolitos"   y califica a quienes las grabaron de "humanidad gliptolítica". A partir de sus interpretaciones de los dibujos grabados en las piedras afirma que esa humanidad gliptolítica fue creada por una raza superior que llegó a la Tierra desde algún lugar del cosmos. Al llegar a nuestro planeta, esa raza no halló vida inteligente, y decidió crearla a partir de un primate emparentado con el lemur, llamado notharcus, que se extinguió hace 50 millones de años. En su libro El mensaje de las piedras grabadas de Ica (Inti Sol editores, Lima, 1976), afirma: "Mediante el trasplante de códigos cognoscitivos a unos primates que pertenecían a un tipo de primate muy inteligente generaron hombres." Aparentemente, las piedras dicen que había varias categorías humanas: los de mayor poder cognoscitivo son los que el doctor Cabrera denomina "hombres reflexivos y científicos", por encima de los cuales se situaban, por supuesto, sus creadores, los hombres llegados del cosmos.

Esta humanidad gliptolítica decidió fijar sus conocimientos en piedra (y otros materiales como metales preciosos, destruidos por la avaricia humana) para evitar catástrofes a los hombres del futuro y ayudarles a regir su vida de acuerdo con normas sabias y racionales. Uno de los primeros pueblos que lo hicieron fue, según el doctor Cabrera, el pueblo inca.

Una acequia misteriosa
El descifrador de esta "enciclopedia lítica" afirma que los incas la conocieron y, aunque no estaban capacitados para entender su contenido a fondo a causa de sus rudimentarios conocimientos técnicos (pese a haber creado una compleja y eficaz organización social, los incas no conocían la rueda cuando llegaron los españoles a América) comprendieron que encerraba conocimientos de gran importancia, que no debían trascender al pueblo llano. Entonces, con el propósito de impedir que las inundaciones periódicas del río Ica erosionaran las piedras y arrastraran los yacimientos, el inca Pachacutec mandó construir una acequia que canalizó el exceso de aguas del río. Esa acequia se conoce en Perú como la acequia Achirana, y la leyenda cuenta que el inca la hizo construir porque se había enamorado de Achirana, la hija de un cacique de la zona, y deseaba favorecer a su tribu para conquistar su corazón. Sin embargo, el doctor Cabrera apunta que en esa zona jamás hubo cultivos, ya que durante siglos estuvo cubierta de bosques espinosos, de modo que la acequia sólo pudo servir para preservar las piedras, y la tradición del enamoramiento del inca puede haber sido una cortina de humo destinada a disimular la verdadera finalidad de la obra.

No obstante, resulta evidente que los gobernantes y sacerdotes incas prestaron mucha atención a la iconografía de las piedras, de las que habrían tomado el mito de Viracocha, antepasado mítico de los incas que había llegado por el mar y realizado grandes hazañas; Viracocha se correspondería así con imágenes que aparecen en los gliptolitos, de un hombre dando muerte a un dinosaurio (¿o dragón?), símbolo de valor y poderío.

Este contacto de las culturas preincaica e incaica con los gliptolitos explica, para el doctor Cabrera, la mezcla aparentemente arbitraria de objetos mortuorios hallados en las tumbas. En ellas, junto con objetos simples y toscos de la vida cotidiana (cerámica sencilla, mazorcas de maíz, telas rústicas) se encuentran objetos muy elaborados, que denotan una cultura y técnica superiores, como piezas de cerámica con complejos simbolismos, tallas en madera, objetos de oro delicadamente trabajados, telas finamente tejidas; esto significaría que los antiguos peruanos mezclaban los objetos que ellos mismos eran capaces de fabricar con otros, hallados, que habían sido fabricados por los hombres gliptolíticos durante el período terciario.

Por otra parte, Santiago Agurto, arquitecto y ex rector de la Universidad de Ingeniería de Lima, posee también una colección de piedras grabadas, extraídas, al parecer, de diversos enterramientos pertenecientes a las culturas Paracas, Ica, nazca y Tiahuanaco; esto confirmaría la sacralización de que fueron objeto las extrañas piedras por parte de aquellas sociedades.

Todo un manual de ciencia y tecnología
Existe un acuerdo bastante general entre arqueólogos y antropólogos en cuanto a la antigüedad de la especie humana: el hombre apareció en el cuaternario, después de la desaparición de los grandes reptiles, como consecuencia de los grandes cambios climáticos que favorecieron la evolución de los mamíferos en perjuicio de los ovíparos.

Cirujía compleja

Representación de una compleja operación de estómago, mientras que el cirujano opera el órgano fuera del cuerpo, otro aparto mantiene vivo al paciente..

Pero el doctor Cabrera no comparte esta creencia. Basándose en que las piedras grabadas son, geológicamente, andesitas, o sea, piedras que se formaron en el período terciario, afirma que fue en ese período cuando los seres superiores que llegaron del espacio crearon a la humanidad. Hasta el momento, los análisis no han confirmado que los grabados sean estrictamente contemporáneos de las piedras; sin embargo, algunos microorganismos hallados en las ranuras de los grabados sí tienen una antigüedad de millones de años. Por otra parte, existen otros indicios, en la propia América Latina, que apuntan hacia una mayor antigüedad del hombre. En Argentina, en el siglo XIX, el paleontólogo Florentino Ameghino afirmó haber encontrado restos humanos en terrenos terciarios. En su momento, estos descubrimientos fueron considerados con escepticismo por el establishment científico. El mismo desinterés mereció un hallazgo, más reciente, del antropólogo Hernao Marín en Colombia: los restos fosilizados de un animal antediluviano (un Iguanodon) aparecieron misteriosamente asociados a un hombre de Neanderthal.

Uno de los elementos que confirman la creencia del doctor Cabrera es una piedra donde está labrado un mapa del mundo tal como era en el período terciario (esta piedra está representada en la portada de su libro, reproducida en página 461). Allí, la forma y la disposición de los continentes es completamente diferente de la actual -algunas zonas parecen coincidir con los desaparecidos continentes de Lemuria y de la Atlántida-, y considerando que la geología no supo hasta fines del siglo XIX y principios del XX que los grandes cataclismos de fines del terciario habían provocado cambios espectaculares en la forma y disposición de los continentes, el doctor Cabrera sostiene que esa piedra sólo pudo ser labrada por hombres que vivieron en un planeta con esa configuración y que, además, poseían los medios técnicos necesarios para recorrerlo y observarlo desde grandes alturas.

Las series de piedras que el doctor Cabrera considera dedicadas a reproducir complejas intervenciones quirúrgicas confirman, en su opinión, esa gran superioridad técnica. Hay gran cantidad de dibujos que representan, en su interpretación, trasplantes de órganos (¡en algún caso de los hemisferios cerebrales!). El doctor Cabrera asegura que las piedras muestran diversas formas de anestesia (gas, acupuntura) y explican las avanzadas técnicas quirúrgicas de los hombres gliptolíticos. También les atribuye la autoría de tumis (figuras de oro en forma de hacha ritual, con incrustaciones de piedras preciosas, que se han encontrado en tumbas precolombinas) que informan, por ejemplo, sobre el ciclo menstrual femenino. Hay un tumi que, según el doctor Cabrera, forma parte de una serie sobre la patología quirúrgica del ovario.

Por ahora, las teorías del doctor Cabrera no han encontrado demasiado eco en la comunidad científica. Algunos de sus adversarios han llegado a asegurar que Basilio Uchuya, el huaquero que ha proporcionado la mayor parte de las piedras al doctor Cabrera., es el único artífice de las mismas; según esta teoría, Basilio las graba, untándolas después con betún de los zapatos y quemándolas para darles una falsa pátina de antigüedad. Esta ingeniosa teoría no tiene en cuenta la edad de Basilio ni el tiempo que requiere fabricar una de estas piedras. El huaquero podría haber hecho, en toda su vida, unas 10.000; ¡pero son ya cerca de 40.000 las que se han catalogado hasta ahora, y cientos de miles las que se suponen aún enterradas!

También es cierto que la aparición de cualquier grupo de objetos misteriosos representa un negocio potencial. Pero el doctor Cabrera se ha limitado a publicar sin grandes alardes los resultados de sus investigaciones. Además, su pequeño museo de la Plaza de Armas de Ica no recibe ni mucho menos la avalancha de visitantes que parecería merecer...

Por otra parte, se diría que Basilio prefiere mantener un velo de misterio sobre su hallazgo; no es de extrañar que lo haga, teniendo en cuenta la durísima legislación que afecta a los hallazgos arqueológicos: el humilde huaquero se vería privado inmediatamente de su ya no muy lucrativo modus vivendi.

No obstante, el doctor Cabrera no carece por completo de apoyo. El francés Chanoux, en su obra Enigma de los Andes, aseguraba que las piedras de Ica podrían ser "la biblioteca de los Atlantes que han existido hace 50 millones de años". El periodista español J. J. Benítez, en su  libro Existió otra humanidad (Plaza y Janés, Barcelona, 1977), hablaba del hallazgo de dos cerros artificiales que recubrían un pavimento de piedras grabadas, en un lugar cercano a Palpa (Perú) hacia el cual parecen apuntar nada menos que las líneas de nazca

De todos modos, hasta que no se demuestre de forma fehaciente la autenticidad -y la antigüedad- de las piedras grabadas de Ica, no se podrá dar una opinión definitiva sobre su supuesto mensaje y sobre la interpretación que de sus imágenes ha hecho el doctor Cabrera. El tiempo y una investigación más rigurosa le darán la razón a él o a los arqueólogos convencionales, que tanto desconfían de sus piedras grabadas de la era terciaria.

 

 

La historia conocida II

Enlace a la página

LAS PIEDRAS DE ICA


ICA

En memoria del Dr. Javier Cabrera Darquea.


1) La primera rareza de las piedras de Ica radica en el mismo emplazamiento en donde fueron encontradas. Llegando del mar, o navegando a lo largo de las costas peruanas, cuando se divisa el "Candelabro de los Andes", siga vd la dirección que indica hacia las famosas líneas de Nazca y volará encima de Ica, pequeña ciudad a 360 kilómetros al sur de Lima.
Es une región desértica, de las más antiguas del globo, en donde se pueden ver numerosos restos de animales petrificados aflorando en la superficie.
El subsuelo contiene numerosas tumbas incas y preincásicas.

El Candelabro de Los Andes

Una de las innumerables líneas de Nazca


2) La segunda rareza es la manera cómo estas piedras fueron declaradas falsas. No serían otra cosa que ¡ una broma gastada por un simple campesino peruano iletrado !

Se dice que algunas piedras negras grabadas habrían sido traídas a España por los primeros conquistadores de Perú en el siglo XVI, luego otras habrían aparecido en 1908, luego, otra vez, algunas piedras se hubieran vendido desde el año 1961, pero no tenemos ninguna referencia al respecto y no las tomaremos en cuenta.

A principios de los años 60, las primeras piedras fueron reunidas por Carlos y Pablo Soldi. Durante años pidieron oficialmente muchas veces que sus piedras fueran examinadas por las autoridades dichas competentes, en vano. Luego en el año 1966, un arquitecto, Santiago Agurto Calvo, que también recolectó numerosas piedras durante años, abrió tumbas en Ocucaje. Y encontró otros ejemplares en las tumbas preincásicas.
Por primera vez la procedencia de las piedras podía autentificarse, de acuerdo con la arqueología oficial. Sin embargo no fue suficiente para despertar el interés de los arqueólogos.

Por consiguiente la historia oficial de las piedras de Ica empieza en 1966.

Con motivo de su cumpleaños, el Dr Javier Cabrera Darquea, médico y profesor de biología, pidió a un campesino de Ocucaje, para hacer de pisapapeles, una piedrecita grabada con un pez. ( véase la foto arriba de la página ). Este pequeño regalo anodino iba a modificar el transcurso de su vida. El biólogo cree reconocer en el dibujo una especie desaparecida desde varios millones de años. Extrañado, se va a volver en el primer cliente del supuesto falsario y empieza su colección que cuenta hasta más de 15 000 piedras, unas del tamaño de un tomate hasta otras que pesan más de 500 kilogramas, con un diámetro de más de un metro y treinta.
Entonces no dejará de reunir e intentar descifrar esta herencia tan única del pasado.

Pero el Dr Cabrera no lo puede comprar todo. Los huaqueros, saqueadores de tumbas, empiezan a vender ciertos guijarros a los turistas siempre ansiosos de antiguedades.

Las autoridades peruanas, negándose en que su país se convierta en el Egipto de América del Sur y en ver sus riquezas arqueológicas saqueadas por los extranjeros, conforme a las leyes nacionales e internacionales sobre la protección del patrimonio, detienen al mayor vendedor en su tenderete.

Se ve traído y encarcelado en Lima por saqueo del patrimonio nacional, corre el riesgo de muchos años de prisión, incluso a perpetuidad. El campesino, a pesar de ser iletrado, entiende la situación en seguida :

  • o para aliviar su castigo, revela el sitio en donde encontró las piedras,
  • o reconoce haberlas fabricado él mismo, en cuyo caso no se le puede perseguir judicialmente.

Por supuesto, firma una confesión completa : él fabricó todas las piedras, son falsas, engañó a los turistas. El caso está cerrado, todos se quedan satisfechos.

Aún más, durante el asunto, la BBC había mandado un equipo de reporteros para un documental sensacional sobre tan fantástico descubrimiento y el desengaño después de la confesión es inmenso. En unos pocos días la noticia da la vuelta al mundo entero, las piedras de Ica sólo son una broma más para explotar la credulidad de turistas en busca de "maravilloso".

Entonces los apasionados defensores del dogma asentado tuvieron la oportunidad de presumir, alegando que, por supuesto, habían presentido la trampa sin siquiera desplazarse para estudiar in situ estos guijarros, demasiado estrafalarios para ser verdaderos.

Pero podemos dudar, si estos científicos rigurosos y racionales, no se han dejado engañar a su vez.

Quedan varios puntos que aclarar :

  • Los guijarros son de andesita, una roca volcánica del mesozoico vieja de entre 60 y 230 millones de años, muy dura y oxidada en su capa exterior, lo que sin embargo permite el grabado. Pues bien, las ranuras que representan el grabado están también oxidadas y han sido reconocidas por un laboratorio peruano y otro alemán, de la universidad de Bonn, como muy antiguas ( un fechado exacto resulta imposible según el avance de nuestros conocimientos actuales ).
    Entonces sería muy interesante saber cómo y sobre todo por qué este campesino iletrado se hubiera complicado tanto la vida sólo para dar a una falsificación una apariencia auténtica de una manera tan sutil ¡ al oxidar las solas ranuras !
  • Otro argumento a favor de la autenticidad de estas pierras grabadas radica en su cantidad.
    Incluso teniendo en cuenta sólo las 15 000 piezas recogidas por el Dr Cabrera ( y se calcula que se han sacado entre 40 000 y 50 000, contando las que se vendieron a los turistas, las que siguen aún en posesión de los habitantes y las que están en el museo de Ica ) :
    • este pobre campesino hubiera debido emprender esta tarea desde su adolescencia a razón de 10 horas diarias y esto sin parar durante más de 40 años, ¡ bonito tesón y fenomenal constancia, para recoger in fine unos pocos dólares !
    • o este labrador dirige grandes talleres de fabricación que resultarían por lo menos bastante difíciles de disimular, y mantener en el secreto, por tener los aldeanos locales una doble actividad, lo que no hubiera quedado inadvertido. Sin embargo las pocas imitaciones patentes, son fabricadas a la luz del día y a cara descubierta.
       
  • Otro punto notable reside en la diversidad de los sujetos dibujados en las piedras y los conocimientos necesarios para imaginar todos estos grabados que convierten este campesino iletrado en un erudito sin rival.
     

3) La tercera rareza de los "gliptolitos" ( nombre dado a estos guijarros grabados por el Dr Cabrera quien los estudia desde hace unos 40 años ), reside en lo que estos grabados nos enseñan. Producen un rechazo sin ningún recurso de parte de la comunidad científica, por el desentono que revelan con todo lo que se nos ha enseñado.

Por ejemplo, se ven en desorden, hombres que domestican dinosaurios, que combaten otros dinosaurios, especies animales desaparecidas ( véase también Acambaro ), hombres que miran las estrellas con catalejos, que miran unos petroglifos o fósiles con lupas, mapas estelares, mapas de la Tierra tal como estaba hace 13 millones de años, operaciones quirúrgicas asombrosas, descritas paso a paso, cesáreas, transplantes de órganos, corazón, riñones e ( ¿ ) incluso cerebro ( ? ), etc...( véase la página siguiente )

Claro, todo esto no encaja en absoluto con lo que creemos que sabemos sobre el pasado. Sin embargo, son más que un sencillo revoltijo descriptivo, y estas piedras, según el Dr Cabrera, nos cuentan una historia de nuestro pasado.

En resumen, sin entrar demasiado en detalles fantásticos, una "humanidad" nos ha precedido. Había alcanzado un alto nivel tecnológico, pero se ha visto aniquilar por una catástrofe cósmica, caída de un meteorito o un cometa. Los supervivientes volvieron a empezar a partir de nada, y entonces grabaron para la posteridad estos guijarros como testimonio de sus conocimientos.

Tomados fuera de su contexto, estos guijarros no tienen ningún sentido, pero si se hace un paralelo con los otros descubrimientos imposibles de este sitio web, especialmente en paleontología, se pueden percibir las bases de una nueva prehistoria sin tener que poner en duda el conjunto de los conocimientos científicos parcelarios que nuestros investigadores acumularon con aspereza a lo largo del tiempo, y sin recurrir forzosamente a intervenciones exteriores "desconocidas", pero sin rechazarlas por lo tanto.


Durante años, el Dr Cabrera hostigó a su proveedor para conocer el emplazamiento de donde sacaba estas piedras, que traía primero con parsimonia, luego por cestas enteras.

En un principio consiguió aprender que después de una crecida muy importante del río Ica, un lado de la sierra se había derrumbado, descubriendo varias cuevas, cuyo emplazamiento el campesino deseaba mantener secreto.

Después de su "confesión oficial", el hostigamiento prosiguió, para saber esta vez cuándo, cómo y por qué él hubiera grabado todos estos guijarros. Pero, claro, todas sus contestaciones fueron contradictorias, confusas y evasivas.

Al final, el Dr Cabrera hubiera conseguido que lo acompañara al lugar, y según lo que dijo, hubiera entrado en una cueva que encubriría, según sus estimaciones, más de 100 000 piedras.

El Dr Cabrera siempre se declaró dispuesto a revelar este emplazamiento, sólo a un equipo de científicos, acreditado como es debido, para realizar investigaciones serias. Ya, pero puesto que las piedras se declararon falsas, hasta ahora ningún científico tuvo el valor, el atrevimiento, de afrentarse con la prohibición, de arriesgar su carrera, su fama, para emprender tal estudio.

Entonces, acaso por algunos años más, la memoria de nuestro pasado va a dormitar en el fondo de una cueva, esperando que nadie la vaya a saquear.


Igual que Emile Fradin en Glozel, el Dr Cabrera dedicó su vida entera a su museo. A pesar de las trabas, humillaciones, negativas sistemáticas de excavaciones capaces de aclarar el asunto, siempre acogió a los visitadores de su museo con gran amabilidad, hasta su muerte en diciembre del 2001, debida a un cáncer.
Su familia continua y el museo sigue abierto, unicamente con cita.

 

 

 

CUADERNOS ESCOLARES

EXTRATERRESTRES

 

La verdad sobre las Piedras de Ica.

Estimado profesor: En una visita que hice al Perú tuve oportunidad de visitar el museo del doctor Javier Cabrera, quien ha recolectado una sorprendente colección de piedras grabadas, a las que él ha llamado "gliptolitos". Lo sorprendente de todo es la gran cantidad que se han encontraron, y en un solo lugar, sin que se haya podido determinar su verdadera procedencia ni tampoco qué función tenían. Si me puede aportar algún dato al respecto para develar el misterio se lo agradeceré, ya que quedé muy impresionada con lo que vi.

Hilda D.

 

RESPUESTA

Apreciada Hilda: Las famosas Piedras de Ica, que tantas especulaciones ha provocado, no son más que una especie de cuadernos escolares extraterrestres, que en lugar de ser de papel, como las usamos comúnmente nosotros, fueron esculpidas en piedra.

No hay pues, ningún misterio y todo es muy simple.

Te transcribo la sesión del 8/10/04, donde pregunté a mi Guía personal Ruanel, sobre esta cuestión, pues te aclarará todas las dudas.

Bienvenida al Club. Un fuerte abrazo.

 

Interlocutor: Maestro, hoy ni siquiera le pregunto si quiere dar algún mensaje, porque tengo muchas consultas que hacerle. ¿Paso directamente entonces a hacerlas tipo ping pong como siempre?

Ruanel: De acuerdo.

Interlocutor: La primera pregunta está referida a las llamadas "Piedras de Ica", que como usted ya sabe son una especie de cantos rodados con inscripciones de diverso tipo hallados en Coucaje, Perú. Lo que me intriga es la enorme cantidad de estas piedras grabadas.

Ruanel: Obviamente no fueron grabadas por seres terrestres.

Interlocutor: ¿Ni siquiera fueron grabadas por terrestres con instrumentos extraterrestres?

Ruanel: No para nada. Primero porque hay códigos y lenguajes. En unas piedras hay grabados códigos y en otras piedras hay grabados lenguajes.

Interlocutor: ¿Concretamente, entonces, fueron grabaciones hechas en las piedras por extraterrestres?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: ¿De qué época estamos hablando?

Ruanel: Estamos hablando de alrededor de 1500 años.

Interlocutor: ¿Por la zona incaica?

Ruanel: Sí, por la zona cordillerana. Con esto no quiero decir que hayan estado al pie de las montañas, porque han cambiado de lugar varias veces.

Interlocutor: ¿Se trataba de un asentamiento exclusivamente extraterrestre o también había terrestres?

Ruanel: Se trataba de un asentamiento extraterrestre pero ellos se mezclaban con los terrestres, a los que les enseñaban muchas cosas, inclusive a hacer pirámides. Ya lo hemos dicho en anteriores mensajes que la mayoría de las pirámides aztecas, incas, mayas y otras fueron hechas por terrestres pero ayudados por extraterrestres.

Interlocutor: ¿De qué poca estamos hablando?

Ruanel: Los extraterrestres estuvieron por lo menos durante 1200 años, desde lo que vosotros llamáis Era cristiana hasta el año 1500 ó 1600 más o menos.

Interlocutor: ¿De dónde provenían?

Ruanel: De un planeta muy cercano a Arturo, pero no tienen nada que ver con los Langar. Es una estrella que está prácticamente a unos seis años luz de Arturo.

Interlocutor: ¿Cómo se llama la estrella?

Ruanel: Arbel.

Interlocutor: ¿Y el número del planeta?

Ruanel: IV.

Interlocutor: Recapitulando, entonces, los extraterrestres de Arbel IV aparecieron aquí a principios de la Era Cristiana.

Ruanel: Sí, aproximadamente entre el año 0 y el año 90.

Interlocutor: ¿Cuántos extraterrestres vinieron?

Ruanel: Bastantes. 100 a 130. Vinieron en diversas naves madre.

Interlocutor: ¿Vinieron también mujeres?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: ¿Y cuál fue el motivo de venir aquí a la tierra en  realidad?

Ruanel: Simplemente para establecerse, para fundar una nueva civilización.

Interlocutor: Parece que en todos los mundos se cuecen habas, como se dice comúnmente. Me refiero a esas ganas de colonizar mundos.

Ruanel: Así es. Siempre estaban comunicados con su planeta de origen a través de transmisores subespaciales. Tenían aparatos que transmitían ondas hertzianas como las de las radios terrestres, pero que viajaban, mediante la física cuántica, por túneles espaciales.

Interlocutor: ¿Por los worm?

Ruanel: Correcto. Estaban bastante contentos con estar aquí e incluso se reprodujeron, aunque en forma medida como para no extenderse demasiado.

Interlocutor: ¿De qué cantidad de extraterrestres estamos hablando? Lo pregunto porque usted dijo que vinieron solamente 100 ó 130.

Ruanel: Fíjate que en todo el tiempo que estuvieron no pasaron de las 300 personas.

Interlocutor: ¿Tuvieron hijos entre ellos o se aparearon con los terrestres?

Ruanel: No, solamente entre ellos. Además, los extraterrestres eran muy distintos, pues tenían una altura de dos metros los hombres y unos veinte centímetros menos las mujeres. No solamente eran altos sino también rubios.

Interlocutor: Descuento que no había una atracción física entre ellos y los nativos.

Ruanel: Correcto. Te doy un dato más: tenían el mismo ADN que los homo sapiens sapiens terrestres.

Interlocutor: ¿Entonces eran humanos como los "Friendship"?

Ruanel: Así es. Eran una raza muy similar, tanto en altura como en apariencia.

Interlocutor: ¿Tenían cutis blanco?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: Para los pobladores, entonces.

Ruanel: Eran rubios gigantes.

Interlocutor: ¿Cómo dioses?

Ruanel: Obvio.

Interlocutor: La famosa "Serpiente emplumada", que nosotros ya sabemos que se trataba de un jefe extraterrestre que se disfrazaba para impresionar a los lugareños, ¿eran también de esta raza?

Ruanel: Sí, por supuesto.

Interlocutor: ¿De cuántos asentamientos estamos hablando? Lo pregunto porque deduzco que no se trató de uno sólo.

Ruanel: Hubo cinco asentamientos distintos de esta raza.

Interlocutor: ¿En distintos lugares?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: ¿Y cada contingente, para llamarlo de alguna manera, vino por su cuenta?

Ruanel: Es correcto. Cada uno vino con su propia nave y formaron sus propias ciudades. Por ejemplo, la raza extraterrestre que esculpió las piedras de las que estamos hablando no tiene nada que ver con la raza extraterrestre de Palenque.

Interlocutor: Ahora entiendo. Es decir que si bien todos vinieron del mismo planeta, aquí cada contingente se estableció por su cuenta. ¿Es así?

Ruanel: Sí, es así. Cada uno vino con sus naves y en distintas épocas.

Interlocutor: ¿A qué se debió su desaparición?

Ruanel: Aproximadamente llegando al 1600 vino una orden del gobierno de su planeta diciendo que debían partir para no interferir con los terrestres, ya que Europa estaba empezando sus viajes de colonización.  

Interlocutor: ¿Al abandonar la Tierra se llevaron terrestres?

Ruanel: Se llevaron algunos, no todos.

Interlocutor: Estoy pensando qué tipo de pobladores terrestres había aquí en América al comienzo de la Era cristiana.

Ruanel: Había indígenas. Así como las pirámides de Egipto son anteriores al pueblo egipcio, las pirámides de América son muy anteriores a las épocas incaicas, aztecas y mayas. Los extraterrestres ayudaron a los indígenas a construirlas.

Interlocutor: Está claro.

Ruanel: Fíjate qué ignorantes eran los indígenas, que a pesar de los adelantos que habían traído los extraterrestres −incluso habían levantado ciudades revestidas de oro−, ellos seguían con los sacrificios humanos, dando muerte a las víctimas elegidas cortándoles el cuello o tirándolas dentro del volcán. Eran avanzados por un lado pero mjuy primitivos por el otro.

Interlocutor: Recuerdo justamente que en una oportunidad Jorge incorporó al Thetán de una de las personas que había concurrido, quien relató que había vivido en esa época y siendo una niña fue sacrificada en un altar. Incluso tengo bien presente que el Thetán seguía enojado y yo mismo, a través de la técnica la anterior técnica, le hice repasar el suceso para quitarle la carga, y con bastante éxito. ¿Recuerda esa sesión?

Ruanel: Por supuesto. Fue una canalización muy hermosa.

Interlocutor: Continuando con las Piedras de Ica, ¿qué función cumplían?

Ruanel: Los extraterrestres quisieron dejarles a los indígenas una lectura, enseñarles a usar cuadernos de bitácora. Estos seres no se comunicaban con cuadernos de papel como lo hacen ustedes en el plano físico, sino con una especie de cuadernos de bitácoras, que son algo así como monitores de cuarzo en los cuales se puede escribir. Incluso se puede grabar la voz y al manipularlos aparecen los signos. Eso, obviamente, no se les podía enseñar a esos indígenas, y resultaba mucho más fácil esculpir las piedras para enseñarles, sea con un aparato cortante o directamente con un láser.

Interlocutor: ¿Todo el misterio, entonces, es que las grabaciones no son más que una especie de cuadernos escolares, con la única diferencia que en lugar de papel los extraterrestres utilizaron piedras?

Ruanel: Correcto.

Interlocutor: ¿Entendían algo los indígenas de lo que les enseñaban?

Ruanel: En realidad muy poco, porque su decodificador tenía escaso desarrollo.  

Interlocutor: Me pregunto por qué insistieron con las enseñanzas si veían que no tenían mucha recepción.

Ruanel: Un poco por amor propio, otro poco por el afán de enseñar y querer sacarlos adelante. Pero vieron que era estéril a causa del lenguaje muy complejo que tenían los extraterrestres. Fíjate que ellos tenían 64 vocales y consonantes, el doble del vocabulario que tienen ustedes. Y encima se manejaban con signos, que representaban animales, plantas, objetos.  

Interlocutor: Lo curioso es que todas estas piedras, más de 100.000 aparecieron en un solo lugar. ¿Los extraterrestres las pusieron allí?

Ruanel: No, fueron los mismos pobladores.

Interlocutor: Otra cosa que me intriga es por qué los investigadores no se han dado cuenta de que nunca las piedras pudieron ser grabadas por los indígenas, ya que salta a la vista que tuvieron que ser extraterrestres.

Ruanel: Usemos el sentido común: si las enseñanzas grabadas en las piedras hubieran sido hechas por terrestres, es obvio que hubieran pasado de generación en generación.  Pero esas enseñanzas se perdieron cuando los extraterrestres abandonaron el planeta porque el vocabulario utilizado no pertenecía a los indígenas sino a ellos.

Interlocutor: Más obvio, imposible.

Ruanel: Por herencia hubiera seguido. El propio latín, que hoy es en la Tierra una lengua muerta, ha continuado de padres a hijos, y no todo se ha asentado por escrito.

Interlocutor: En concreto, entonces, alguna de las tribus indígenas acumularon las piedras grabadas en un solo lugar sin saber en definitiva de qué se trataba.

Ruanel: Correcto. Así como hay expertos que en la actualidad pueden descifrar los jeroglíficos egipcios, también los hay que pueden descifrar las enseñanzas que brindan estas piedras.

Interlocutor: No entiendo por qué no lo han hecho.

Ruanel: Hay un desinterés total.

Interlocutor: ¿Las piedras son solamente grabadas o tienen algo más? Me refiero a si contienen radiación, por ejemplo.

Ruanel: Tenían radiación cuando fueron manipuladas, y es probable que algunas aún tengan vestigios.

Interlocutor: ¿Es peligrosa esa radiación?

Ruanel: No porque es mínima.

Interlocutor: Para concretar la idea. ¿Esas piedras tienen alguna semejanza con los CD que usamos ahora en las computadoras? Lo pregunto porque he visto algunas películas de ciencia ficción donde piedras similares eran puestas en un aparato y se escuchaba una voz e inclusive se veían imágenes.

Ruanel: No porque se trata de piedras toscas.

Interlocutor: Entiendo.

Ruanel: Los extraterrestres pensaron en un primer momento hacerlo con materiales indestructibles, del tipo de los CD actuales, para dejarles a los terrestres sus enseñanzas, pero no lo hicieron porque sabían que iban a pasar muchos cientos de años, quizás milenios antes que pudieran inventar el aparato adecuado para escucharlos, y entonces pensaron que no tenía sentido perder el tiempo en eso. Sería algo así como si tú les dejaras una colección de CD a una tribu de chimpancés con la idea de volver dentro de un millón de años para ver lo que hicieron.

Interlocutor: Capto perfectamente la ironía. No recuerdo si me dijo cómo se llamaban estos extraterrestres.

Ruanel: No, no lo dije. Llamémosle "arbelianos".

Interlocutor: De acuerdo. ¿Algo más sobre esto?

Ruanel: No, eso es todo.