¿Adónde vas? 
         
        Cuando vemos a la gente, que camina sin sentido, que vive "en piloto  automático", que solo busca imitar conductas dominada por los roles  del Ego, sin ver al otro, como los caballos de tiro que llevan las anteojeras,  me acuerdo de un cuento que adjunto a continuación. 
      Abrazos. Jorge Olguín. 
       
         
        Una bandada de aves en forma de “V” cruzaba el cielo cuando a una nube que 
        compartía el mismo cielo se le encendió la curiosidad y quiso saber adónde 
        se dirigían y qué planes tenían. Esperó a cruzarse en su camino y, con 
        delicadeza, sin molestar ni entorpecer la marcha, que adivinaba seria e 
        importante, se acercó cuidadosamente al último pájaro en una de las ramas de 
        la “V” y le  preguntó con dulzura: 
         
        - Dime, querido pájaro, si se puede saber y puedes decírmelo, ¿adónde os 
        dirigís en un vuelo tan recto y tan largo, y qué vais a hacer allí? 
         
        El pájaro, sin dejar de volar al ritmo de sus compañeros, contestó: 
         
        - ¡Ay, si yo lo supiera! Pero no tengo ni idea. Yo no hago más que seguir al 
        compañero que me precede. Voy adonde va él, y vuelo hacia donde él vuela. 
        Pregúntale a él. Él lo sabrá. 
         
        La nube se adelantó un poco, hasta alcanzar al pájaro anterior, y recibió la 
        misma respuesta. Y así fue pasando de un pájaro a otro y de una rama de la 
  “V” a la otra, sin lograr saciar su curiosidad. Todos le  decían que ellos no 
        sabían nada y que preguntase a los demás, que ellos sabrían. Pero nadie 
        sabía nada. 
         
        Cada uno seguía al que tenía delante, sin preguntarse más, y no podían dar 
        respuesta. 
         
        A la nube se le acrecentaba la curiosidad con ello, y no le quedó más 
        remedio que dirigirse al pájaro del vértice de la “V” aun a riesgo de 
        molestarlo y distraerlo en su importante tarea de líder del grupo. Si 
        disculpó, pues, y le preguntó adónde iba con todos aquellos compañeros que 
        lo seguían. 
         
        El pájaro guía contestó: 
         
        - ¡Qué más querría yo que saberlo! No tengo ni idea de adónde vamos. Pero 
        todos éstos me vienen empujando por detrás, y no tengo más remedio que 
        seguir volando, aunque sin saber adónde me llevan. ¡Ellos lo sabrán! 
        Pregúntaselo a ellos. 
        
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