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Psicoauditación - Diego A.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 07/09/2015
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Diego A.

Era despreciado por mayores y niños por su poca estatura y su físico débil. Era explotado, quedó marcado, condicionado y con engramas que le siguen afectando en el presente.

Sesión en MP3 (1.589 KB)

 

Entidad: Hay algo que hay que tener en cuenta. Como thetán, encarnamos en una unidad biológica que en muchos casos por distintas situaciones, condicionamientos engrámicos, roles del ego, situaciones familiares, genética o lo que fuere, somos endebles, muy endebles al punto tal de tener problemas físicos, psicológicos. Y a veces, cuando el 10% encarnado es pequeño, no se da cuenta de las cosas que va padeciendo; lo sufren los mayores, su familia.

Entonces mi planteo es como thetán, uno puede arrastrar un karma, una lección a aprender y por eso tiene que pasar determinadas vicisitudes. Pero el entorno familiar interpreto que también tiene su karma, su lección a aprender porque lo que conceptúo es que a veces la lección kármica, esa asignatura pendiente, no es por una dolencia nuestra, a veces es por lo que le pasa a un ser querido.

 

Claro, lo razono de esa manera porque insisto, cuando somos pequeños no tenemos esa amplitud de criterio y nos mal enseñan -estoy generalizando- que Dios castiga por algo que has hecho, que lo que estás padeciendo, lo que estás provocando es todo culpa tuya. O sea, si padeces sufres, si provocas padecimiento en el otro por tu sufrimiento te creas complejo de culpa. Claro, por supuesto; si eres pequeño no te das cuenta pero uno, como esencia suprafísica, como thetán no se resigna porque no siempre pasa lo que elegimos. No soy el único thetán que lo digo. Para nada. Otros thetanes también lo han dicho. Pero no tengo ninguna duda de ello. Ahora, entre nosotros, a veces, ¿es tanto, tanto lo que debemos pasar? No me lo termino de creer. Honestamente, no puede ser. No, me siento como impotente, como que me da la impresión que las cosas no son como uno las planificaba. Yo no soy un espíritu nuevo, no, para nada.

 

Hace muchísimo siglos nací en Galia, lo que hoy se conoce como Francia, en una región que se llama Aquitania que bordeaba con lo que es Hispania. Padre trabajaba en un pueblo a orillas del océano Atlántico. Toda su familia era fuerte, alta, robusta tanto los varones como las mujeres de la familia de papá, los Arnaud. Yo me llamaba Francis Arnaud. Mamá había tenido un problema de salud bastante, bastante grave que en su embarazo estuvo dos veces a punto de no tenerme. Nací con dos kilos trescientos, débil, y crecí delgado. Mis primos me doblaban casi en peso y a la misma edad me llevaban casi media cabeza de altura. Me sentía desmerecido, despreciado. Papá ni me hablaba. Yo interpretaba que no se sentía orgulloso de mí.

Recuerdo que mis primos se burlaban, me hacían sentir como que no encajaba, como que sobraba.

 

Tenía otro tío en Marronense al este de Aquitania, al sureste, que vivía en un poblado a orillas del Mar Mediterráneo. Me llevó a vivir con él, pensé que lo iba a pasar bien pero lo único que hacía era explotarme laboralmente. Era pequeño y prácticamente me encargaba de todo: de limpiar el chiquero de los cerdos, de juntar las parvas de heno, de ordeñar las cabras. No es que me molestase, teniendo el día ocupado el tiempo se me pasaba más rápido. Por la tarde noche comía un plato de guiso y me acostaba. Los fines de semanas nos premiaban con un estofado de carne con papas.

Pero algo sucedía que no aumentaba de peso y mi estatura... A veces por la tarde me encontraba con otros niños, dicen que los niños son inocentes... ¡Jajaja! Me golpeaban, se burlaban.

 

Los engramas de esa vida en la Galia, tanto en Aquitania como en Marronense, me marcaron, me condicionaron, y los engramas son tan indescifrables que en las distintas vidas te marcan de distintas maneras así como me marcan en la vida actual como Diego Alejandro. De aquella Aquitania a la actual Cali he vivido otras vidas. Quería recalcar aquella de lo que hoy es Francia porque me creó un engrama de desamparo que me afecta a la parte psicofísica. Espero como thetán haber descargado bastante. Gracias, gracias.