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Psicoauditación - Dolores M.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 17/05/2014
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Espíritu de Dolores M.

La entidad repasa su última vida. Vivió la guerra en España con familia a cuestas. Percibe cómo han cambiado los tiempos comparándolos con un siglo atrás. Tiempos de supervivencia. Y sin mérito, había que hacerlo.

Sesión en MP3 (2.696 KB)

 

Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Bueno, es un júbilo estar aquí.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Pero muy bien.

 

Interlocutor: ¿Qué sientes al contactarte con el plano físico?

 

Entidad: Yo diría que júbilo, pues, como diríais vosotros, no es cosa de todos los días.

 

Interlocutor: ¿En qué plano estás?

 

Entidad: En el plano 4 subnivel 9.

 

Interlocutor: ¿Quisieras comentarnos acerca de tu existencia en este plano?  ¿Cómo ves tú las cosas desde allí y qué te gustaría transmitir?

 

Entidad: Pues percibo muchos cambios y me gustaría transmitir que cada generación se acostumbra, pues, a lo que es. Cuando estaba encarnada era una época difícil pero no sé si la cambiaría por la actual. Y te puedo asegurar que he pasado por muchas cosas, como diríais vosotros, para escribir varios libros.

Pues mira que hubo muchos momentos de felicidad, no lo voy a negar, pero también mucho batallar, mucho dolor, mucha pesadumbre. Pero se logra, se puede.

A veces, cuando llegas a determinada edad, tu mente se recuerda desde la más absoluta infancia, la adolescencia, todo lo que uno pasa y sientes como que tienes el cuerpo cansado, como que podías haber hecho más pero por otro lado con la alegría de sentirte satisfecha de haber podido hacer cosas.

Y hoy percibo desde aquí todo distinto, todo cambiado, las costumbres, los ideales, por sobre todas las cosas los ideales.

 

Interlocutor: ¿Hay algún mensaje que quieras darle particularmente a quien es tu nieta Angels?

 

Entidad: Mira, a veces uno en el plano físico es pesimista diciendo "¿Que pasó por todo aquello que he luchado, por todo aquello que he idealizado?". Pues mira lo que es ahora. Lo soñado, lo pensado, lo sacrificado es como que ha quedado en nada. Veo una juventud que vive al día, como que no piensa lo que pasa mañana.

 

Interlocutor: Quizás es posible que eso que tú veas no solamente sea en la juventud sino que a la mayoría de las personas, sin importar demasiado su edad, les ocurre eso. ¿Verdad?

 

Entidad: No sé si no tienes razón pues tú luchas por un ideal, por una manera, por un sistema de vida, pasas por situaciones donde no sabes si mañana vivirás, ves poblados invadidos por la barbarie. Entonces tú dices "Bueno, pero de aquí sacaremos algo bueno". Y no se estudia la historia.

Pero por otro lado, como dije antes, todo eso que se ha idealizado en función de futuro no se ha cumplido. Entonces quizás estos párvulos de hoy quizás inconscientemente piensen "Y no sé, dentro de 40 años lo que yo piense que hoy está bien mañana va a ser que no está bien".

Pues a mi nieta le diría que sí, los ideales son los que nos sostienen pero no hablo de los ideales que me sostenían a mí. Quizá desde este plano veo las cosas con mayor amplitud, ideales generales, ideales de que todo vaya para mejor. Ya lo dije: en el plano físico es fácil ser pesimista: -"Para qué voy a aclamar, ¿quién escucha una voz en el desierto?"-. Porque la multitud es sorda, la multitud avanza sin mirar, sin escuchar, sin ver quién va delante, sin ver quién va atrás. Es como una manada que avanza hacia el desfiladero y los que van atrás no se dan cuenta de que los de adelante caen a un precipicio, inconscientes. Y cuando están llegando al borde quizá ahí reparan pero ya es tarde, los de atrás lo empujan.

 

Interlocutor: ¿Hay algún engrama que desees descargar de tu última encarnación o de encarnaciones anteriores? Especialmente porque tengo entendido que fuiste, estando encarnada, seguramente sigues siendo una gran luchadora, pero estando encarnada fuiste una mujer muy valiente que tuvo que salir adelante con tus cinco hijos en una época muy difícil, en una época de guerra y que seguramente no habrá sido nada sencillo para ti.

 

Entidad: No, pero se dan demasiado mérito. Es el instinto, es lo que uno es. No se trata de ver qué hace esta madre o qué hace otro vecino no, no. Uno es así y uno sabe que no tiene otra y debe luchar y salir adelante y lograrlo. Y no cometer el pecado de la vanidad por ello, no, no. Es lo que había y es lo que uno hacía. No era obligación, era lo que a uno le salía de adentro y se lograba. ¿Que hay mérito? Bueno, era una situación difícil pero...

 

Interlocutor: ¿Hay alguna instancia que necesites repasar?

 

Entidad: Pues mira, hubo momentos en que pensaba que no podía más, pensaba que era lo último, todo costaba mucho. Hoy tú ves que la situación en el mundo está muy difícil. En aquella época era distinto porque la emergencia era diaria, cada día era una emergencia, cada día era una circunstancia, cada día era un problema y cada día había que buscar una solución. Pero te acostumbras, no digo que te adaptes, te acostumbras, lo haces como de manera automática, como diríais ahora, porque es lo que debes hacer.

 

Interlocutor: Digamos como que uno actúa por instinto de supervivencia y no tiene demasiado tiempo para pensar o reflexionar, tienes que actuar.

 

Entidad: Pues sí, coges a los tuyos y...

 

Interlocutor: Y sigues para adelante.

 

Entidad: Y sí, sigues para adelante. Por eso digo no, no lo tomo como mérito, lo tomo como lo que es. No había tiempo para pensar, no había tiempo para buscar otras posibilidades. Y sí, te desgastas pero tienes el júbilo y la satisfacción de haber conseguido.

 

Interlocutor: De haber hecho lo que debías hacer por los tuyos.

 

Entidad: Pero como algo normal, como algo que tenía que ser. Yo percibo que hoy por mucho menos -y en mi plano obviamente no se prejuzga, simplemente se visualiza y se conceptúa lo que es- veo que por mucho menos, como diríais vosotros, se rasgan las vestiduras. Por mucho menos.

 

Interlocutor: Tu hija cumplirá pronto noventa años. ¿Crees que se parece a ti? ¿Qué mensaje le darías en caso de que quieras darle algún mensaje?

 

Entidad: Me resulta extraño. Me resulta muy extraño. Es algo que vosotros no entenderíais porque veo una niña, veo una adolescente que por momentos está perdida, que por momentos reclama pero luego tiene ese espíritu que por un lado lucha por otro lado reclama, se queja, por otro lado busca emular mi manera y me resulta raro ver que en el plano físico se envejece y paralelamente tenemos la misma edad, de alguna manera. No, no me vais a entender.

 

Interlocutor: ¿Te refieres a edad espiritual?

 

Entidad: No, me refiero a edades físicas, al desencarnar. Y quizá sí había una diferencia: yo me sentía satisfecha pero gastada, con bríos pero a su vez con un cansancio indescriptible para poder explicarlo. Y resulta extraño, ¿no?, porque de repente idealizas una niña y después con el tiempo esa niña va cambiando, va teniendo su personalidad, su carácter y muchos dicen que a medida que los hijos van creciendo tú vas teniendo más diálogo y a veces no siempre es así  porque del otro lado ya hay una manera, una forma donde te ponen peros, donde te objetan tu manera. No, no digo que uno piense opuestamente al otro pero... La mayoría de los hijos cuando son muy pequeños idealizan a los padres como que los padres van a vivir para siempre, como que los padres no se equivocan, como que son perfectos. A medida que esos niños y niñas van creciendo van viendo que los padres son seres humanos como cualquier otro y que tienen errores y que pueden equivocarse. Lo que nunca han reparado es que también al revés pasa lo mismo. Cuando tú tienes niños pequeños los idealizas y en eso nadie ha reparado y a medida que esos niños y niñas van creciendo ves en ellos también errores, conceptos que tú puedes no compartir y donde tú tratas de explicar qué es bueno, qué no es bueno, qué conviene y qué no conviene. Al fin y al cabo terminan haciendo otra cosa. Pero está bien, está bien. El amor está por encima de las diferencias de concepto, de las diferencias de pensamiento.

Lo mismo mi nieta, que tiene un conocimiento distinto más... vosotros diríais más elaborado. Y no se debe permitir perder ese positivismo. Y sí noto que a su edad, que no es tanta, a veces la percibo como más cansada que yo misma a mi edad de desencarnar y no puede ser. La vida no te lleva por delante, tú te subes a la vida y andas sobre la vida. Si te bajas a otro nivel la vida te arrastra como una ola. Es muy difícil de explicar pero quizá se entienda lo que quiero decir.

 

Interlocutor: Comprendo y agradezco tus palabras. Creo que todos vamos a reflexionar sobre este mensaje que nos dejas hoy.

 

Entidad: Bueno, pues te agradezco tus palabras también y decirte que todo son ciclos, todo son ciclos. El plano físico tiene cosas sabrosas y también tiene de lo otro.

 

Interlocutor: Muchas gracias por estar aquí y yo desde aquí te envío toda la Luz. Y bueno, un abrazo conceptual. Y hasta todo momento.

 

Entidad: Bueno, pues toda la Luz para vosotros entonces y nada... Amor.