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Psicoauditación - Florencia

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 11/11/2013
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Florencia.

Tiene dificultad en reconocer a las personas que más tarde le defraudarán por sus comportamientos. Idealiza y luego se recrimina por haber idealizado. Se juzga duro. Cuenta que en otra vida también le sucedió. La entidad recomienda a su parte física seguir adelante de manera activa pero relajada, dejándose fluir pero en guardia.

Sesión en MP3 (2.116 KB)

 

Interlocutor: Bienvenida...

 

Entidad: Muchas gracias. ¿Cómo estás tú?

 

Interlocutor: Muy bien. ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: ¡Uff! Con un torbellino en la mente, muchas confusiones. Me da impresión como que en esta vida estoy repitiendo patrones de otras vidas. Es como que idealizo mucho. De repente conozco una persona y siento como que todo está bien. ¿No es cierto?

 

Interlocutor: Comprendo.

 

Entidad: Quizás es un defecto mío en que veo que luego la persona está como que la noto como vacía, como vana.

 

Interlocutor: Como que muchas veces te dejas guiar por las primeras apariencias.

 

Entidad: Claro.

 

Interlocutor: Y te cuesta distinguir quizás una sonrisa verdadera de una falsa.

 

Entidad: No, no. Presto atención y a veces veo que la persona va trasmutando para peor. Es como que yo la veía como llena y luego se la ve como hueca y es como que esa relación se diluye como arena entre los dedos. Y a veces pasa otro tipo de cosas. Pasa que conoces a alguien y te descoloca, como que quedas extrañada, como que esa persona cambia su punto de vista, cambia su perspectiva, empieza a poner excusas, pone distancias y hasta llego a plantearme, como 10% femenina, si he hecho algo mal, si es algo que pasó conmigo, si es un error que he cometido yo. Y de repente me enfado conmigo misma.

 

Interlocutor: ¿Por qué?

 

Entidad: Porque digo: -Puedo cometer un error.

 

Interlocutor: Pero no que te pasen todos a ti.

 

Entidad: O de repente me observo disimuladamente mi conducta: qué digo, qué no digo, qué hago, qué no hago, cómo me comporto. Eso también me juega en contra porque no me permite fluir porque de repente estoy como tiesa -a ver, la palabra sería como dura-, como robotizada, como que estuviera actuando en una obra de teatro pero no me supiera la letra y entonces puedo llegar a trabarme, a no saber qué me tocaría decir ahora, cuál sería la próxima frase que calce, que quede bien en el contexto. Y esto tampoco sirve, esto es un infierno. Los Maestros dicen "La mejor manera es ser natural, dejarte fluir". Pero en esta sociedad, si tú te pones a pensar, a veces dejarte fluir y mostrarte como eres puede pasar dos cosas: que te rotulen, que te caratulen de demasiado desfachatada por mostrarte o si estás con baja escala tonal como que te vean demasiado sensible y entonces es como que se aprovechen para quitarte energía.

 

Interlocutor: Entiendo. Depende de la actitud que nosotros tomamos frente a estas personas. ¿Tú te sientes muchas veces manipulada por roles de estas personas que te afectan a ti?

 

Entidad: No podría decir manipulada; capaz que a veces he manipulado yo.

 

Interlocutor: ¿En qué ocasiones?

 

Entidad: A ver. A veces he manipulado por la fuerza -no voy a ser hipócrita-, algunas veces incluso he hecho rol de víctima pero en función de no perder un afecto, una situación. Es como si yo fuera un estratega que voy conquistando terreno, ¿me sigues?

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Y de repente lo voy perdiendo, lo voy perdiendo y capaz que me ha costado meses conquistar ese terreno. Hablo como si eso fuera una batalla, ¿no?

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Y de repente en un par de días pierdo todo lo que he ganado y entonces cambio de estrategia: en lugar de ir al frente es como que asumes un rol pasivo, de víctima.

 

Interlocutor: ¿Y por qué crees que hay este cambio?

 

Entidad: Yo creo que no es por mí, yo creo que son por las personas que no saben elegir.

 

Interlocutor: Y tú, ¿cómo actúas frente a esas personas que no saben elegir?

 

Entidad: No sé por qué. Cada persona es distinta, otro error...

 

Interlocutor: El tema es que tú puedas estar segura de lo que tú quieres.

 

Entidad: Es que no puedes estar segura porque mira, otro error: La gente común dice que una experiencia te enseña para no cometer un error pero hablan como si todos fueran gemelos: que todos van a actuar de la misma manera, hablar de la misma manera, pensar de la misma manera, decir de la misma manera, hacer de la misma manera. No, no, nada que ver. Entonces tú de repente puedes estar con una persona un año y sabes cómo es, qué le duele, qué no le duele, qué hace, cómo hace. Y conoces otra persona y es una incógnita, es como que te pusieran en medio de un laberinto y tú no pudieras salir. O en una casa llena de espejos que no sabrías por dónde andar y chocas con tu propio ser, con tu propia imagen.

 

Interlocutor: Ahora, si podemos comprender que tenemos que darnos un tiempo mientras conocemos a las personas, bueno, yo creo que es un buen punto por donde comenzar.

 

Entidad: Eso tampoco es cierto. A veces te tomas unos meses para conocer una persona y en un día se hace un giro de 180 grados. Entonces tú dices "Pero me embaucó seis meses, me actuó seis meses".

 

Interlocutor: El tema también es la actividad porque si dentro de esos seis meses la ves una vez por semana o cada quince días o un rato cada dos veces por semana, o sea, evaluar una persona no es verla únicamente en momentos agradables sino también evaluar cómo se comporta frente a distintas situaciones. Porque tú sabrás que amigos son amigos todos en las buenas pero verdaderamente uno se da cuenta quienes son nuestros amigos en los momentos más difíciles.

 

Entidad: Pero, por un lado, ¿por qué todo yo? Y del otro lado, ¿qué? ¿Quién me evalúa a mí? ¿Quién me cataloga a mí?

 

Interlocutor: Tú debes aprender a cuidarte tú misma y ver esto objetivamente desde una manera como poder enfrentar más precavidamente la vida, por así decirlo.

 

Entidad: No sé. A veces pienso que si casi en cuatro décadas no conoces a la gente... Yo no tengo garantía. Es como esos productos que te venden que no tienen garantía y no los puedes devolver.

 

Interlocutor: Por eso hay que ser cauto y no tenemos que encerrarnos en nosotros mismos simplemente porque hayamos tenido una mala experiencia con una o con varias personas.

 

Entidad: Quizá haya un error en todo esto. A ver. Supongamos que idealizo y que estoy buscando a la persona ideal, al gran amor porque el gran amor no son los amores y aparte se le llama amores en el plano físico porque no hay una palabra para expresar.

 

Interlocutor: Podríamos decir amoríos.

 

Entidad: No, porque amoríos en esta sociedad suena a aventura y a veces es como que quieres una relación seria y quizá se da una relación seria y al poco tiempo se esfuma, se esfumó, se fue como las volutas de humo que van desvaneciéndose en el aire.

 

Interlocutor: Quisiera preguntarte cómo te sientes tú contigo misma, es decir, ahora sacando un poquito de lado el tema de las parejas, el amor. Digamos, ¿qué es lo que a ti te hace feliz o te haría feliz?

 

Entidad: Primero, yo me siento capaz. Como persona yo me siento capaz.

 

Interlocutor: ¿Capaz de qué?

 

Entidad: No, en general me siento capaz. Capaz de hacer cosas, capaz de tener logros. Me considero una persona inteligente, digamos, pero capaz que lo vulnerable en mí es buscar ese ideal: alguien que te comprenda, que te entienda, que hable tu mismo idioma. Tu mismo idioma se refiere a tener esa empatía.

 

Interlocutor: Siempre y cuando tengamos en cuenta que si pedimos debemos dar lo mismo. Las relaciones son recíprocas.

 

Entidad: Sí, claro.

 

Interlocutor: Y, bueno, perfecto no hay nada ni nadie.

 

Entidad: Pero muchas veces damos y no nos dan. Entonces es como que siempre estamos en desventaja con la vida.

 

Interlocutor: Quisieras comentarme si hay alguna experiencia de alguna vida pasada que quieras relatar o quieras desahogarte.

 

Entidad: Me llamaba Elaine Dubois. Era de clase media. Tenía un hermano que era muy bueno en esgrima. Yo practicaba danza y conocí a varios nobles, conocí a Alain, a Mark, incluso a Marcello que venía de la península itálica. Era un joven que tú lo escuchabas hablar y hablaba como si fuera un escritor de poesía. Pero era voluble, era una persona que del apasionamiento pasaba de un día para el otro a la indiferencia.

 

Interlocutor: Evidentemente esto de acercarse a personas que son inestables emocionalmente, que son muy cambiantes...

 

Entidad: Pero no llevan un cartel en la frente: "Soy estable", "Soy inestable". Te venden una imagen, tú compras esa imagen. Pero pasa en el día de hoy en el siglo XXI.

 

Interlocutor: Bien. Continúa relatándome entonces qué sucedió en aquella vida.

 

Entidad: No encontré a la persona ideal. Verdaderamente tenía un hermano que me decía que yo era una persona demasiado exigente. Le digo: -¿Exigente? Pero mira a la tía.

La tía se había quedado viuda joven. Se había casado con un tendero y era una persona absolutamente agria, era como este vinagre con el que tú sazonas las ensaladas. Mira, no sé cómo explicarlo. A veces es preferible quedarse sola. Pero uno siempre tiene la esperanza, la fe de decir "¿Conoceré esa persona que uno pueda dar y recibir, respetar, ser respetada?".

¿Que los engramas de otras vidas como esa vida en Francia me incapacitan, me condicionan? No sé hasta qué punto pueden condicionarme porque, ¿qué tiene que ver mi condicionamiento con que las personas se comporten igual que hace siglos atrás en Francia? Eso no es un condicionamiento. Los psicólogos de hoy en día que saben nada de nada de nada y dicen: "Tú, por tu forma de ser, siempre atraes ese tipo de personas". ¿Sabes cuántas veces escuché esa frase? ¿Sabes cómo me molesta esa frase? ¡Como si una fuera una tonta!

 

Interlocutor: No, en absoluto.

 

Entidad: No, no, no, entiendo. Pero ellos que te evalúan...

 

Interlocutor: El tema es fortalecerse y ver cómo evitar caer siempre sobre este mismo inconveniente que parece repetirse.

 

Entidad: A veces necesitaría una guía, una persona sabia que me diga: "Mira, esto es lo que necesitas".

 

Interlocutor: Quizá deberías comenzar o buscar una persona más afín, más espiritual que tenga intereses similares a los tuyos, que tú puedas probar que se pueda comprometer con las cosas de las que habla.

 

Entidad: Supongo que sí.

 

Interlocutor: Y dime, ¿qué consejo le darías a tu 10% en este momento?

 

Entidad: ¡Ah! No, no, que no baje los brazos, que siga. Que siga no atolondradamente pero tampoco cautamente como si estuviera en campo minado. O sea, no se trata de pasar de un extremo al otro. ¡Por favor! Se trata de ir, de dejarse fluir pero atenta, con la mirada atenta. Esa es la idea.

Me ha hecho bien hablar contigo. Tengo muchas dudas todavía pero veremos, veremos cómo todo esto... Yo disimulé porque decía que estaba bien pero verdaderamente estaba tensa.

 

Interlocutor: Bueno me imagino que haber podido expresar todo esto que venía sucediendo te ha servido de desahogo.

 

Entidad: No estoy tensa como estaba al comienzo pero todavía es como que tengo cierta... ¿Qué palabra se podría emplear que capte el concepto? A veces no termino de asumir riesgos porque no es que me haya vuelto cobarde pero quizá sea demasiado precavida. Si tú coges un recipiente que está caliente y te quemas la mano luego te queda ese engrama en ver que nada esté sobre el fuego. ¿Se entiende?

 

Interlocutor: Bien.

 

Entidad: Bueno y es eso. Gracias, querida interlocutora.

 

Interlocutor: Gracias a ti por estar aquí con nosotros y me ha sido grato poder escucharte y contenerte en la medida que ha sido posible. Te mando toda la Luz a ti y a tu 10% y espero que volvamos a encontrarnos nuevamente. Hasta todo momento.