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Psicoauditación - Pedro

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

Sesión 30/04/2012

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Pedro

Comentó una vida en la que por la situación que se vivía sufrió una falta de autoestima por causa de un desvaloramiento del grupo al que pertenecía, y que le ha afectado hasta ahora. Se comentó que no siempre respondemos bien ante distintas situaciones y que hay que analizarlas en perspectiva.

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Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Muchas gracias.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Me encuentro muy bien, me encuentro con mucha fuerza, fuerza que le quiero transmitir a mi parte encarnada Ithen Chiisai para que verdaderamente entienda cuál es su verdadera misión en esta vida.

 

Interlocutor: Coméntame cuál es tu misión.

 

Entidad: El poder transcender es mi misión, pero no transcender en el sentido de figurar en los anales mundiales, no, no, en los anales de mi propia vida.

 

Interlocutor: La trascendencia como ser.

 

Entidad: La trascendencia como ser, la trascendencia como persona, la trascendencia como hombre, la trascendencia en el sentido de entender, comprender, captar, deglutir que uno es importante independientemente de la aprobación del otro, independientemente de que nos amen o nos rechacen. Tenemos por costumbre, en cada encarnación, tener altibajos ante éxitos o fracasos.

Tuve una vida -que no fue la anterior, fue antes- que encarné en lo que se conoce como California. Era una zona bastante desierta, prácticamente los habitantes del país del norte en esa zona no estaban, se hablaba únicamente el idioma español y yo sentía como una especie de complejo de inferioridad...

 

Interlocutor: ¿Por qué?

 

Entidad: Porque había descendientes de ingleses. En esa época hubo una lucha fratricida entre hermanos del norte, una época donde años y años… no te hablo de la guerra de Secesión entre el norte y el sur de los Estados Unidos, te hablo de antes, cuando los colonos pelearon contra los ingleses. Los colonos se sentían inferiores a los ingleses en cuanto a su estima, sin embargo, tenían tanto patriotismo, que en inferioridad de condiciones, en inferioridad de fuerzas los lograron vencer, y ellos sentían como -hablo de aquella época, en estos momentos las relaciones entre ellos son diferentes- un rencor tremendo porque veían en los ingleses como un tremendo aire de superioridad. ¿Hasta ahí me sigues?

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Pero -¡oh, paradoja!- cuando nos veían a nosotros, los habitantes de la California, nos veían como menos, nos menospreciaban...

 

Interlocutor: Con aire de superioridad, digamos.

 

Entidad: Y yo lo hablaba con mi familia, porque era uno de los pocos jóvenes -tenía once años- que había aprendido a leer y a escribir, y a los catorce, que ya era un adolescente ya casi con cuerpo de adulto, les decía a mis padres en lo poco que he aprendido de historia del país del norte he visto que ellos se sentían menos y ahora ante nosotros se piensan que son...

 

Interlocutor: ¿Superiores?

 

Entidad: ...superiores. No se metían con nosotros porque nosotros estábamos bajo la protección de colonias españolas. Entonces, ellos miraban a las colonias españolas como con desprecio. De todas maneras, nosotros no estábamos cómodos con las colonias españolas, queríamos independizarnos pero todavía no era la época, la época que yo cuento no era esa.

 

Interlocutor: ¿Tú crees que estás arrastrando a Pedro, a tu 10% encarnado, alguna parte de ese engrama de esta vida en este momento?

 

Entidad: No sé si es engrama de una vivencia o es un engrama de una totalidad donde una generación completa, familia, pueblos enteros se sentían...

 

Interlocutor: Sometidos, de alguna manera.

 

Entidad: ...sometidos por los españoles, y los que vosotros llamáis yanquis del norte también te despreciaban. El país donde yo vivía fue muy castigado porque hubo guerras internas entre los poblados, con los que serían los alcaldes de cada poblado y luego -que eso no lo viví yo- guerras contras los yanquis del norte que nos quitaban territorios. Entonces, tú te sentías como despojado de todo. Entonces, no es un engrama de algo puntual, es un engrama general. ¡Cuidado! Yo sé que no existen los engramas grupales pero, ¿qué sucede si mil, diez mil personas viven una opresión? Se sienten todos oprimidos y seguramente todos van a, de alguna manera...

 

 

Interlocutor: A arrastrar ese engrama.

 

Entidad: ...a arrastrar un engrama de opresión que quizá, en vidas posteriores, ¡quizá en vidas posteriores! lo evacúen esos condicionamientos de mil maneras distintas como buscando la aprobación de una pareja y si de repente una pareja no es para ti o piensa que tú no eres suficiente para ella te sientes menospreciado, capaz que sientas rencor por la persona. O sea, que lo que los Maestros no enseñan es que ese condicionamiento engrámico puede de alguna manera -como la humedad de la pared- salir por cualquier lado. No va a condicionar puntualmente en lo que ha sido implantado en la opresión, quizá esta opresión se manifieste en...

 

Interlocutor: De muchas formas.

 

Entidad: ...en sí necesitar el afecto, en sí necesitar que te necesiten a ti, que te brinden muestras de afecto, como que los demás vean que tú eres útil y esos condicionamientos hacen que te sientas desvalido cuando un afecto te deja o cuando alguien no te ve, como que tú eres invisible, como que...

 

Interlocutor: O sea, que esos engramas siempre condicionan de manera tal que se pueden mostrar de mil maneras pero lo que hay en común es una cuestión de baja estima que se pone en evidencia.

 

Entidad: Sí, pero hay muchísimas maneras de que ese condicionamiento te afecte. Y tú buscas, no te sientes completo si del otro lado no te dan el consentimiento para vivir, para sobrevivir, para que tengas validez, y a veces te miras como me miraba en esa vida -en esa vida me miraba en un arroyo, en esa vida de California- y decía que quizá mi color de piel, que es una piel más morena, mis ojos negros, brillantemente negros, mi cabello liso pero, ¿qué pasa con mi interior?, ¿qué color tiene mi interior? Y cuando tú te ves las uñas largas, sucias de trabajar en el campo o de ayudar al tío con los animales y de repente tienes frío en Enero y te tienes que enjabonar con agua helada y te coges una pulmonía... Pero, por dentro, ¿tu alma tiene las uñas sucias?, ¿tu alma tiene color de piel?, ¿tu alma...

 

Interlocutor: Por dentro somos todos iguales. Cuando tenemos la vida todos tenemos las mismas posibilidades de optar por hacer el bien o hacer el mal. Nuestra alma no tiene color, no tiene nacionalidad.

 

Entidad: ¿Y por qué cuando encarnamos, a veces, nos sentimos diferentes -quisiera ser tal cosa, quisiera ser tal otra- si somos nosotros los que elegimos nacer en tal región para terminar de aprender esa lección kármica? Después nos olvidamos qué elegimos y nos golpeamos contra la pared y, perdón, maldiciendo nuestra propia suerte, ¡suerte que elegimos como espíritus y después, cuando encarnamos, nos quejamos!

 

Interlocutor: Bueno, es que el plano físico no es fácil. Ninguno tiene recuerdos de sus vidas anteriores ni de lo que quería hacer antes de encarnar, de cuál era su misión y como este mundo material nos va jalando hacia abajo ligado al ego y al apego por las cuestiones materiales aún más parece que nos olvidáramos de quiénes somos realmente y muchas personas únicamente viven de las apariencias y se olvidan de dejar aflorar ese ser que tienen dentro, que a lo mejor tenía muchos proyectos para hacer en esta encarnación. Pero me quiero quedar con lo que tú dijiste cuando comenzaste a comentarme de esta vivencia, de que te sientes con una gran fortaleza.

 

Entidad: Fortaleza como espíritu.

 

Interlocutor: Esa fortaleza que tú tienes, tal como espíritu, es lo suficientemente grande e importante para que puedas vencer esos "condicionamientos" de vivencias anteriores.

 

Entidad: Claro, pero tú, que en el plano físico como interlocutora eres femenina. Como rol en el plano físico, si mi 10% de repente fracasa afectivamente o no logra un anhelo, ¿cómo actúa?, ¿cómo debe actuar?

 

Interlocutor: Bueno, hay que ver también lo que se entiende por fracaso porque muchas veces deseamos, como seres encarnados, cosas que a lo mejor no son lo mejor para nosotros. Es decir, si tú das lo mejor de ti y esa persona no encaja contigo, ¿tú qué le has visto?, ¿su manera de ser es lo que te encandiló o sólo su apariencia?

 

Entidad: ¿Me permites comentarte algo? Hay una anécdota vuestra, que es del plano físico, que es un pequeño cuento de una zorra que saltaba para alcanzar una uvas y a veces le faltaban centímetros para llegar pero no las podía coger, y en un momento dado, frustrada, la zorra dice "¡Je! Para qué me voy a molestar si esas uvas están verdes". La zorra lo que hizo fue justificarse. Tenía tanto rencor por no poder alcanzar las uvas que dijo "¡Están verdes!". No será, a veces, lo que tú me dices: "quizá no era tu gran amor, quizá ese amigo no valía la pena, quizá ese trabajo que te rechazaron no era lo suficientemente bueno". ¿No será que estamos haciendo lo mismo que la zorra?

 

Interlocutor: Si tú das lo mejor de ti y la otra persona siente que no encaja contigo es porque quizá -ponte a pensar- quizá no era para ti, quizá haya algo más, más adelante en el camino para ti, algo que encaje más contigo, algo que te haga más feliz.

 

Entidad: Lo entendí pero, ¿no estaría haciendo como que "bueno, ¿para qué quiero estas uvas si están verdes"? ¿No estaría haciendo eso?

 

Interlocutor: Yo quisiera que te quedes reflexionando acerca de, no únicamente con tu emoción. Deja tu emoción de lado y reflexiona analíticamente...

 

Entidad: Sí, lo reflexiono, sí.

 

Interlocutor: Cuando tú me dices "bueno, yo fracasé en lo afectivo con tal pareja, en lo laboral con tal cuestión, en tal trabajo", me gustaría que pudieras analizar, reflexionar sobre qué es lo que tú esperabas de esa pareja, esa pareja, ¿estabas seguro que podías conseguirla, esa relación?, que si fuera satisfactoria, digamos, ¿te haría transcender?

 

Entidad: Tú te refieres a que si uno asume su verdadera importancia no...

 

Interlocutor: Porque a veces confundimos el amor con el enamoramiento, ¿sí?

 

Entidad: Sí, sí.

 

Interlocutor: Entonces me gustaría que puedas reflexionar para ver si realmente era lo que tú querías, si lo puedes analizar detenidamente dejando de lado la parte afectiva: ¿era lo que yo deseaba?, ¿era lo mejor para mí?

 

Entidad: Pero, ¿no nos estamos justificando? Supón que en un trabajo pase lo mismo y que yo diga "sí, seguramente este trabajo no era para mí porque espero algo mejor". ¿No estoy justificando el destino?

 

Interlocutor: Bueno, en el trabajo, a diferencia de las relaciones, no interviene únicamente la parte afectiva, es otra cuestión, no es exactamente igual. O sea, yo voy a salir hoy a por mi oportunidad, voy a demostrarles a mi pareja o en este trabajo, voy a demostrar quién soy yo. ¡Lo que tengo para ofrecer, acá lo traigo! En lo afectivo ya lo hablamos. En lo laboral es una puerta, yo voy y llevo lo que tengo de mí, lo que tengo para ofrecer. Si en ese trabajo no lo valoran o no sea, quizá, yo la persona que más valoren para este puesto, bueno, seguiré adelante y buscaré otro.

 

Entidad: Y qué pasa con mis miedos. Supón que fracaso en un trabajo o fracasa una relación afectiva y vuelvo a fracasar. ¿No es como que luego voy a tener temor a volver a enfrentarme a algo así? Porque ya estoy vencido diciendo "¿para qué voy a ir buscar ese trabajo si ya de entrada me van a decir que no?” o "¿para qué voy a encarar esa relación si ya veo que hay una negatividad en sus ojos?". Porque mi negatividad me hace ver eso. ¿Cómo venzo ese miedo?

 

Interlocutor: Tu voluntad tiene que ser más fuerte que tus temores. Temor tenemos todos, lo importante es poder vencerlos. Pero siente que eres una pieza de un puzle y tienes que ver tú en dónde vas a encajar. Tú encajas y no solamente en un lado, puedes encajar en muchos lugares pero tienes que ver tú dónde es que vas a encajar.

 

Entidad: O sea, que la vida es más que el puzle, porque nos da varios casilleros donde encajar.

 

Interlocutor: Exacto.

 

Entidad: Bien, eso me alivia enormemente.

 

Interlocutor: Entonces, si tú vienes de un fracaso y has vuelto a una relación y tienes otro fracaso, entonces tienes que pensar "Ok, entonces...".

 

Entidad: ...no es que yo tuviera un lugar predestinado y ya perdí el tren de la vida, no, no.

 

Interlocutor: No, por supuesto que no.

 

Entidad: Entonces me quedo mucho más tranquilo.

 

Interlocutor: Porque almas gemelas, en esta misma encarnación, cada uno de nosotros vamos a encontrar muchísimas, tú tienes que buscarlas...

 

Entidad: Esto no es lo que nos enseña la sociedad.

 

Interlocutor: ...tú tienes que buscar dónde encajas.

 

Entidad: Bien, pero puedes encajar en muchos lugares. Eso dices tú.

 

Interlocutor: Exacto, y si tú ves que lo intentas y no va, entonces tienes que rever: ¿qué es lo que estoy buscando?, ¿a ver qué estoy haciendo mal? ¿Sí?

 

Entidad: Correcto, ¿qué estoy haciendo mal? Eso es lo que iba a decir, sí, sí, sí.

 

Interlocutor: A lo mejor estoy -y te digo un ejemplo- estoy buscando encajar en una figura circular y quizá yo tenga una figura triangular. Entonces, no voy a encajar nunca. ¿Sí?

 

Entidad: Sí, es rever.

 

Interlocutor: Es rever.

 

Entidad: O sea, a veces se retrocede, no por retroceder sino para tomar impulso.

 

Interlocutor: A veces se retrocede para poder rever qué tengo que corregir o qué tengo que mejorar para conseguir este camino...

 

Entidad: Ya sé, ya sé. Es como el pintor que cuando está a diez pulgadas del cuadro no ve y tiene que alejarse para ver la perspectiva de lo que está pintando.

 

Interlocutor: Algo así.

 

Entidad: Gracias por escucharme.

 

Interlocutor: Ha sido un gusto y te mando toda la Luz a ti y a Pedro.

 

Entidad: He dejado agotado al receptáculo. Gracias.

 

Interlocutor: Estamos en contacto. Hasta todo momento.