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Apocalipsis
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EL APOCALIPSIS DE JUAN

 

La palabra apocalipsis es la transcripción de un término griego que significa revelación. Todo apocalipsis supone, por lo tanto, una revelación hecha por Dios a los hombres de cosas ocultas y sólo por él conocidas, en especial de cosas referentes al futuro.

El autor de un apocalipsis, contrariamente a los antiguos profetas, que escuchaban las revelaciones divinas y las transmitían oralmente, recibe sus revelaciones en forma de visiones que luego consigna en un libro.

Juan escribió el Apocalipsis en Patmos. Patmos es una de las más sagradas islas para el mundo cristiano y, por otro lado, es una de las islas más tradicionales y auténticas del Dodecanesso.

Tiene 63 Km. de costas. Es una de las islas habitadas más pequeñas y tiene una curiosa forma de 8, repleta de colinas rocosas, poca vegetación y dos poblaciones principales, Patmos Jora y Skala.

Su fama se debe a que, durante la dominación romana fue lugar de destierro del apóstol Juan Zebedeo, en el 97 d. de C., y donde vivió exiliado durante cierto periodo

Fue en este lugar donde Juan escribió los terribles textos del Apocalipsis.

 

El Apocalipsis de Juan, ¿realidad o delirio místico?

Estimado profesor: He leído con sumo interés y gran sorpresa su página Web. Las explicaciones que usted da de los misterios que siempre han atormentado a la humanidad me han parecido absolutamente lógicas. Y tan lógicas me han parecido que después de leerlas no he podido sino preguntarme: ¿Cómo algo tan obvio ha pasado tan desapercibido? Y entonces recordé las palabras escritas por Saint de Exupéry en su maravillosa obra El principito: "Lo esencial es invisible a los ojos".

No tengo ninguna duda que la develación de los misterios es el primer paso que debemos dar en la evolución.

A pesar de la profusión de los misterios develados en su página, no encontré nada sobre el Apocalipsis de San Juan, que tantas polémicas ha suscitado y que hasta la fecha nadie ha podido desentrañar con justeza.

Ing. Rodolfo G.

 

 

RESPUESTA

Apreciado Rodolfo: Hace mucho tiempo que tenía agendado preguntar al Maestro de Luz Johnakan Ur-el sobre la verdad del Apocalipsis, que su mismo 10 % escribió cuando hace dos mil años encarnó como Juan Zebedeo, el más amado de los discípulos de Jesús.

Una de las principales razones de que lo pospusiera tanto tiempo, a pesar de su importancia, fue que yo nunca pregunto sobre un tema sin primero estudiarlo a fondo.

El hecho de profundizar sobre un tema me permite sacar el mejor partido de las sesiones, porque entonces las preguntas serán más incisivas. Si no conociera el tema, ¿qué podría preguntar?

Una sesión donde no se dialogara se transformaría en un largo monólogo de la entidad que se presente. Y el resultado no sería tan atractivo, porque lo que le da vida a los mensajes es el diálogo.

En el caso del Apocalipsis de Juan, muchas veces me puse a estudiar el texto, y a las dos o tres páginas tenía tal confusión mental que decidía posponerlo.

Finalmente, después de muchas preguntas insistentes de los consultantes, decidí hace una sesión especial para averiguar qué había de realidad y qué de fantasía en el Apocalipsis.

Ésa fue la primera vez, y espero que sea la última, en que me presenté a una sesión sin primero haber estudiado concienzudamente la lección.

Cuando las explicaciones de Johnakan terminaron, me tranquilicé, porque me di cuenta de por qué era imposible profundizar en el texto bíblico.

Como el tema es bastante complicado, nada mejor que transcribirte la sesión tal cual como se desarrolló. La fecha histórica de su celebración fue el 21 de septiembre de 2003.

Interlocutor: ¿Es usted, Maestro Johnakan?

Johnakan Ur-el: Así es, estoy con ustedes después de mucho tiempo.

Interlocutor: Bueno, como ya sabrás, esta sesión la vamos a dedicar al Apocalipsis de Juan.

Johnakan Ur-el: Quizás no haya tanto para decir. Cuando Juan escribió el Apocalipsis en la isla de Patmos, ya tenía una edad biológica avanzada y su decodificador distorsionaba mucho las cosas. Además, ponía cosas de sí que no le eran dictadas.

Interlocutor: ¿Estamos hablando de ideas preconcebidas?

Johnakan Ur-el: Así es. Quiero poner en claro, en primer lugar, que el decodificador de Juan no funcionaba bien. En segundo lugar, las creencias de Juan se fueron agravando enormemente hasta el delirio.

Luego que Jesús desencarnó, Juan se transformó en un tremendo devocional del Maestro. Estoy hablando de ese 10 % que estuvo encarnado. Y fue creciendo en conocimiento pero retrocediendo en sabiduría.

Juan, lamentablemente, no tenía mucho material de donde instruirse ya que su único texto era el que hoy llamamos el Antiguo Testamento, que en aquel entonces era el único testamento.

Estudió mucho sobre la vida de David, de Abraham, de Moisés. Dudaba, pero en esa época también pensaba como que Jehová era el Absoluto, y tenía conflictos con él mismo porque no llegaba a entender cómo podía haber tanta crueldad de ese supuesto Dios y con el tiempo lo aceptó porque tuvo muchos pesares, muchos avatares y se dio cuenta que la gente era muy cruel y llegó a la conclusión de que si ese Jehová era tan castigador era porque la gente se lo merecía.

Estudió mucho sobre la vida de David, de Abraham, de Moisés. Tenía muchos conflictos, muchos pesares. Dudaba respecto de la crueldad de Jehová, pero como en esa época creía que Jehová era el Absoluto, llegó a la conclusión de que si era tan castigador era porque los hombres se lo merecían.

Interlocutor: Entiendo.

Johnakan Ur-el: Juan mantuvo un plano de Maestría por el hecho de que todo lo que hacía lo hacía con amor y en veneración del Maestro Jesús.

Interlocutor: ¿Juan como espíritu estaba en el 4º nivel, igual que Jesús?

Johnakan Ur-el: Sí, estaba en el mismo plano que el Maestro. Lo más importante a destacar del Apocalipsis es que muchas cosas las ponía de su propia cosecha, para utilizar una expresión de ustedes, de su pobre conocimiento religioso.

Interlocutor: ¿Qué entidad se comunicó con él?

Johnakan Ur-el: Con él se comunicó la Energía Crística.

Interlocutor: ¿En qué año escribió Juan el Apocalipsis?

Johnakan Ur-el: Lo escribió en varios años, tres o cuatro, a partir del año 79. Ya en aquel entonces Juan tenía el don de la mediumnidad muy desarrollado. Salvo Jesús, era el único que podía comunicarse con las Energías divinas. Con él se comunicaron también los Lípikas, que le daban orientación.

Interlocutor: ¿Y con los elohim?

Johnakan Ur-el: También se ha comunicado con los elohim e incluso con los Aes. Lo que sucede es que eran tan poderosas las energías que se comunicaban con Juan, y éste estaba tan deteriorado en su decodificador, que deformaba las visiones y malinterpretaba los mensajes.

Interlocutor: ¿Pero qué era lo que en realidad le comunicaban?

Johnakan Ur-el: El mensaje era que todos iban a llegar al reino espiritual, pero él lo tomaba como que pronto se encontraría el reino terrenal.

La Energía Crística le decía, por ejemplo, que "con trabajo, con esfuerzo, con amor espirituales se puede llegar al Reino de mi Padre, al Reino de tu Padre, porque el Creador es el Padre de todos, de los elohim, el Padre de nosotros las Energías divinas, el Padre de ustedes, los espíritus de Luz y los espíritus del Error, y de todos los seres encarnados".

Este mensaje, que era muy simple, le provocaba a Juan múltiples visiones, que él luego incluía en el relato.

Interlocutor: ¿Cuándo hablas de "visiones" te refieres a "visiones deformadas"?

Johnakan Ur-el: Claro, a visiones deformadas a causa de que decodificaba erróneamente lo que percibía. Fíjate que Juan había leído a Ezequiel y Ezequiel ve una nave espacial, pero confunde las escafandras con cabezas de animales.

Juan interpretaba como que había entidades con rostros de animales y por eso en una parte de la visión percibe seres con cabeza de águila, con cabeza de toro. Esto no tiene nada que ver con extraterrestres sino con visiones que él tuvo.

No es una mera coincidencia, sino que Juan toma este conocimiento de Ezequiel para volcarlo al texto del Apocalipsis. Y también habla de arco iris, de trompetas, de distintos sellos, de ángeles alineados al lado del Trono de Dios.

Tú sabes, por el conocimiento que te hemos brindado a lo largo de todos estos años en las sesiones, que el mundo espiritual no tiene formas como los místicos lo han descripto. No hay formas antropomórficas, no hay tronos, ni nada de eso, porque el mundo suprafísico es totalmente distinto al plano físico.

Interlocutor: Está claro.

Johnakan Ur-el: Todas esas visiones de Juan, entonces, son percepciones abstractas elucubradas por su mente que no tienen nada que ver con la realidad del mundo espiritual.

Interlocutor: Pienso que sería interesante que relates cómo debió percibir Juan los mensajes de las entidades elevadas que se comunicaron con él. Es decir, cómo en la actualidad las percibiría tu 10 %, es decir, con su capacidad mediúmnica a pleno.

Johnakan Ur-el: Si tienes un resumen a mano puedes preguntarme.

Interlocutor: En realidad no hice un resumen, pero aquí tengo el texto bíblico. Por ejemplo, aquí dice:

"Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía: 'Lo que veas escríbelo en un libro y envíalo a las siete Iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea'. Me volví a ver qué voz era la que me hablaba y al volverme vi siete candeleros de oro, y en medio de los candeleros como a un hijo de hombre, vestido de una túnica talar, ceñido al talle con un ceñidor de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve, sus ojos como llama de fuego; sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como voz de grandes aguas. Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza.

Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Él puso su mano derecha sobre mí diciendo: 'No temas, soy yo, el Primero y el Último, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades. Escribe, pues, lo que has visto: lo que ya es y lo que va a suceder más tarde. La explicación del misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro es ésta: las siete estrellas son los Ángeles de las siete Iglesias, y los siete candeleros son las siete Iglesias' ".

Johnakan Ur-el: Juan percibió la figura del Maestro Jesús tal como era cuando estuvo encarnado.

Interlocutor: ¿Pero estaba el Maestro realmente allí? Obviamente me refiero a su espíritu.

Johnakan Ur-el: Me voy a tomar la licencia de hablar de Juan en tercera persona porque quiero separar a Johnakan, es decir, a mi mismo, como Thetán de Juan Zebedeo, de mi parte encarnada, porque en ese momento mi 10 % no estaba con su mente analítica a pleno y por lo tanto no me representaba.

Interlocutor: Está clara la idea. ¿Quién le estaba dando entonces el mensaje si no era el Maestro Jesús?

Johnakan Ur-el: El que le daba el mensaje, en su Cuerpo causal, era la Energía Crística, que le recomendaba ir a predicar a los templos más cercanos, no necesariamente a "siete iglesias".

Interlocutor: ¿Por qué escribió entonces siete iglesias?

Johnakan Ur-el: Porque eran las iglesias que él conocía. Pero en ningún momento se le habló de siete iglesias.

Interlocutor: Entiendo. ¿Qué debía predicar Juan?

Johnakan Ur-el: Se le dijo que diera mensajes de amor, explicando que con recta conducta, con servicio al semejante, con devoción, se podía llegar a conquistar el Reino espiritual.

Interlocutor: Hay algo que no entiendo. ¿La Energía Crística dando un mensaje tan básico?

Johnakan Ur-el: Era lógico, porque era el único mensaje que se podía dar en esa época. Después Juan le agregó tronos, trompetas y todas esas cosas, deformando el mensaje.

Interlocutor: Ahora está claro. ¿En qué parte del texto Juan se refiere a Jesús?

Johnakan Ur-el: En la parte que habla del hijo del hombre. Juan especialmente le llamaba así a su Maestro.

Interlocutor: ¿Y por qué se apareció en su mente la figura del Maestro Jesús, tal como lo conoció encarnado? Lo pregunto porque podía haber percibido otra cosa, como alguna luz o algo parecido.

Johnakan Ur-el: Por la sencilla razón de que la Energía Crística, al invadir a Juan, le hizo rememorar la figura física del Maestro. Jesús estaba imbuido en esa Energía.

Interlocutor: El texto bíblico dice que "su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve, sus ojos como llama de fuego; sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno".

Johnakan Ur-el: Era la forma que Juan percibía a Jesús a través de la Energía Crística.

Interlocutor: ¿En definitiva, entonces, Juan percibía a la Energía Crística y en su mente imaginaba a Jesús de esa forma?

Johnakan Ur-el: Así es. No se trataba de algo real sino de algo que Juan imaginaba. Esta imaginación estaba exacerbada por la Energía Crística.

Interlocutor: Está perfectamente claro. ¿Y que significa esa alusión a las siete estrellas que tenía en su mano derecha y que de su boca salía una espada aguda de dos filos.?

Johnakan Ur-el: Eso es pura imaginación de Juan, provocada por su decodificador alterado.

Interlocutor: Nada real, entonces.

Johnakan Ur-el: No, para nada.

Interlocutor: ¿Tampoco fue real eso de que las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete Iglesias?

Johnakan Ur-el: Así, es. Juan simplemente en su delirio lo puso para adornar el texto.

Interlocutor: Suponiendo que Juan escribiera ahora el Apocalipsis, siendo el profesor Jorge Olguín, es decir su reencarnación, ¿cómo sería? Lo pregunto porque ahora está con su decodificador a pleno y también con una mediumnidad excepcional. Creo que sería interesante para hacer después la comparación con el texto bíblico.

Johnakan Ur-el: Lo que quiso hacer mi 10 % encarnado como Juan Zebedeo es formular una especie de advertencia a todos los seres que no creen en el Padre que podrían recibir castigos divinos.

Interlocutor: ¿Castigo divino? ¡Si nosotros sabemos que no hay tal cosa!

Johnakan Ur-el: Recuerda que su mente estaba subjetivizada por haber sido en sus últimos años un fanático del Antiguo Testamento, y sabemos que éste falaz.

Ten en cuenta también que Juan, en los últimos años, ya sin la dirección de Jesús, quedó huérfano de sabiduría, y deseando hacer las cosas bien "se pasó, de revoluciones", como dicen ahora muy ilustrativamente en el plano físico

No te olvides que ustedes en esta época tienen a mano infinidad de material esotérico, pero en aquella época había muy poco, casi nada en comparación con lo que hay ahora.

Ten en cuenta también que el Antiguo Testamento era algo tan, pero tan abrumador, que hablaba de castigos divinos descomunales, de rayos y centellas y cosas similares.

Nosotros, me refiero a mí como espíritu y a ustedes encarnados, sabemos que el crecimiento no se logra a través de tales amenazas, y si bien no condenamos esos textos, porque no está en nuestro ánimo condenar, tampoco los aceptamos, porque esos castigos divinos eran castigos egoicos, como las Plagas de Egipto, que fueron diez.

Interlocutor: Está claro. ¿Se le hizo vislumbrar a Juan el futuro?

Johnakan Ur-el: Juan tenía una gran intuición, y esa gran intuición fue de alguna manera potenciada por las Energías Lípikas, que son los guardianes de todo lo que es el Archivo akáshico.

Los Lípikas, siendo Energías divinas, pueden visualizar el pasado a través del Archivo akáshico y también saber, por una especie de cálculo matemático, que si tal cosa fue así en el pasado, con toda probabilidad esa tal cosa puede ser de esta otra manera en el futuro. El tiempo es todo un proceso, una rueda que gira. ¿Se entiende?

Interlocutor: Sí, está claro. Pero obviamente no llegan a percibir todo como un presente como lo percibe Eón.

Johnakan Ur-el: Por supuesto que no, pero los Lípikas, de alguna manera, pueden vislumbrar el futuro por un cálculo de probabilidades. Entonces, si las Energías Lípikas perciben con claridad la conducta de una humanidad determinada en el pasado, también pueden de alguna manera visualizar, y con bastante certeza, la conducta de esa humanidad en el futuro.

Es algo parecido a que yo, Johnakan, puedo saber casi con certeza absoluta que habrá muchas guerras en el Medio Oriente, no por percibir el futuro sino por un cálculo matemático de proyección.

Interlocutor: Está clarísimo. ¿En qué parte del Apocalipsis Juan habla de ese futuro especulativo?

Johnakan Ur-el: Cuando habla de la "Gran ramera", obviamente no habla de Babilonia, sino de Roma, de la Roma actual. Juan hace la comparación de Roma con una serpiente de siete jorobas, que son, con toda claridad, las siete colinas de esta ciudad. Lo que ocurre es que percibió las cosas muy pero muy distorsionadas.

Interlocutor: En realidad, entonces, nada en concreto.

Johnakan Ur-el: No, sus visiones fueron muy generalizadas.

Interlocutor: Cuando Juan habla de que vio "una nueva tierra y un nuevo cielo", ¿a qué se refirió?

Johnakan Ur-el: A nuevos mundos.

Interlocutor: ¿A nuevos planetas?

Johnakan Ur-el: Así es, no a este planeta sino a otros.

Interlocutor: ¿Quiere decir que Juan estuvo visualizando la existencia de otros planetas con sus habitantes.?

Johnakan Ur-el: Así es, visualizó decenas de mundos en distintos viajes astrales. Lo que ocurre es que un ser que no tiene una enseñanza adecuada y que de repente visualiza otros mundos con cielos de otros colores, lo primero que va a pensar es que va a haber cambios en este planeta.

Interlocutor: Ahora entiendo. Juan visualizó otros mundos, pero de este presente, creyendo que se refería al futuro de nuestro planeta. ¿Es así?

Johnakan Ur-el: ¡Claro! Cuando alguien tiene visiones y carece del conocimiento necesario para interpretarlas, entonces distorsiona lo que percibe. Es como si a un cavernícola lo pusieras frente a la pantalla del televisor. ¡seguramente va a decir que vio personas chatas!.

Interlocutor: Entiendo perfectamente la idea. Continúo con el texto bíblico. Aquí veo que dice:

"Y seguí viendo: Cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero de los cuatro Vivientes que decía con voz de trueno: 'Ven'. Miré y había un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, y para seguir venciendo".

Johnakan Ur-el: Es una imagen del decodificador de Juan completamente distorsionada. De alguna manera los Lípikas volcaron en su decodificador el Archivo akáshico de toda la humanidad para que lo visualice y así tenga una tremenda sabiduría

Quizás la equivocación de los Lípikas, y digo equivocación con todo respeto porque los Lípikas son mis hermanos mayores, fue presumir que poniéndole a Juan en su decodificador toda esa sabiduría iba a surgir una revelación −recuerda que "apocalipsis" significa revelación− que hiciera avanzar a la humanidad.

Esas revelaciones provocaron un cortocircuito tan grande en el decodificador de Juan que terminó alucinando y escribiendo cualquier cosa.

Es una cosa lógica que Juan se haya abrumado. Imagínate esto: De repente tiene toda la información de las vidas anteriores de miles y miles de personas, de los sufrimientos, del ego, de las dramatizaciones de las mentes reactivas. ¡Es demasiada información de golpe!

Es como si a una instalación eléctrica endeble le enviaras súbitamente 380 voltios.

Interlocutor: ¡Obviamente saltarían los tapones!...

Johnakan Ur-el: Así es. ¡Han quemado su decodificador!                  

Interlocutor: ¿A qué se refiere Juan cuando habla de los cuatro Vivientes y de los Sellos?

Johnakan Ur-el: Cuando Juan habla de los "cuatro Vivientes" alude a los Lípikas, y cuando habla de Sellos se refiere a la sabiduría de los Archivos akáshicos.

Interlocutor: Entendí el punto. Continúo. Aquí dice, bajo el título "Visión de la mujer y el dragón", lo siguiente:

"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz".

Johnakan Ur-el: Ese texto es una imagen de la lucha entre el Bien y el Mal. En este caso, del ego y del crecimiento espiritual.

Interlocutor: También esto está claro. Ahora bien, ¿qué se puede extraer del Apocalipsis de positivo? En realidad lo que me gustaría es, como dije antes, que dieras, a través del Juan actual, es decir, de este receptáculo, con sus facultades mentales y mediúmnicas a pleno, la versión de lo que debió dar Juan hace dos mil años en la isla de Patmos. Creo que sería lo ideal para que todos podamos hacer la comparación y sacar conclusiones sobre lo que es válido y lo que no del Apocalipsis.

Johnakan Ur-el: Lo que Juan debió traducir es lo siguiente: Los seres humanos, durante los miles y miles de años que han convivido en este mundo, no pudieron lograr una hermandad debido a que sus mentes siempre han entrado en conflicto con las mentes de sus semejantes a causa de sus apegos, y han puesto el odio, la envidia, la vanidad y la codicia por sobre el amor, por sobre la hermandad.

Por lo tanto, yo les digo en estas Revelaciones, y después de haber visto que en todas sus vidas anteriores han hecho cosas estériles, que es hora de que cambien.

La lucha entre el Bien y Mal es un conflicto perenne en los cielos. Y también es un combate perpetuo el que libra el orgullo y la dignidad por un lado, y la vanidad y la ceguera espiritual por el otro.

¿Y quién ganará? Eso depende de ustedes, de lo que extraigan de estas Revelaciones. Depende de que cada uno de ustedes se hermane con su vecino y de que lo pongan delante de vosotros.

Porque de verdad les digo que me fue revelado que desde tiempos inmemoriales todos ustedes han preferido siempre la guerra a la paz, la invasión a la labranza, la sangre y el fuego al apretón de manos, la codicia del dinero a la entrega.

Si ustedes observan la historia de los últimos cinco mil años, desde las primeras épocas de Abraham, de Jacob, se darán cuenta que no han progresado nada.

Y menos vosotros, que ni siquiera han aprendido del sometimiento, de haber sido esclavos. Porque hoy, estando aparentemente libres esclavizan a los demás a través de préstamos, a través de ventas completamente espurias.

Todos nosotros debemos crecer sabiendo que el amor del Padre, que está en su trono de Luz, está también dentro de vuestro corazón, y cual rayo, cual centella, impacta en vuestro espíritu para que, en esa conciencia de todos ustedes, ese rayo de amor que cae del cielo haga un cambio, para que dejen de pensar en ustedes mismos, para que se den cuenta de que lo válido aquí, lo único válido, es el amor, es la integración.

Pero el amor es estéril si no hay una obra para plasmarlo. Dad importancia a la obra, porque de lo contrario seguirá la gran lucha en las distintas esferas, en los distintos planos. Esa gran lucha donde cada uno se confundirá, donde cada uno se preguntará ¿por qué estoy aquí en esta oscuridad?, ¿por qué a mí no me llega la Luz?

Y la respuesta es "porque no has hecho nada para que te llegue".

Yo he visto, asomado a lo que esas luces me mostraron, a lo que esas voces me dijeron, el comienzo y el fin, y he visto lo que mi Maestro terrenal quería decir con el Alfa y el Omega, que el principio y el fin son iguales.

No vi crecimiento, vi que todo sigue igual, porque visualizo la mente de ustedes en este presente y visualizo también las mentes de ustedes en esas vidas pasadas, ahí en ese cántaro oscuro que es ese archivo de memoria, y no rescato nada.

En realidad, no tienen que hacer un cambio, en realidad tienen que sentir, porque la única manera de cambiar es sentir. Sientan. La transformación está en ustedes. No le echen la culpa a otros.

Ésa es la revelación, que se den cuenta, que lo sientan, porque si no el día de mañana, dentro de cinco mil años más, vamos a seguir igual o peor, con la diferencia que van a crecer en conocimiento material, van a crear nuevas armas, van a contaminar los mares, van a quemar las ciudades, van a derribar las montañas, van a derretir los hielos, van a envenenar el aire, van a diezmar los vegetales, van a terminar con razas de animales, van a involucionar.

Y es una lástima. Yo he visto otros mundos, donde hay otras evoluciones, y sé positivamente que este mundo es uno más, y que si éste mundo se pierde, hay otros.

Pero como yo estoy encarnado en este mundo, me interesa que este mundo crezca, porque tiene mucho para dar. Y por obra y gracia del Padre, así como hemos sido creados aquí, también tenemos mucho más discernimiento que habitantes de otros mundos.

¿Por qué, entonces, no lo utilizamos a favor de nosotros mismos? Para que cuando estemos todos en un plano de Luz también nos hallemos todos compartiendo con el Padre, con el Alfa y el Omega, todos abrazados, pero en aquel plano, en el plano de Luz, no en éste.

Ése es mi mensaje. La verdadera batalla espiritual está dentro de nosotros. Sé que muchos de los templos a los que he mandado epístolas han hecho caso omiso de ellas. Quizás no les ha llegado su momento.

Finalmente quiero decirles, de parte mía y de todas las Energías que en este momento están en contacto conmigo, que todo puede cambiar, que todo puede mejorar, pero depende de ustedes.

Interlocutor: Debo confesar que he escuchado con atención el verdadero Apocalipsis y no puedo dejar de emocionarme por la sabiduría del mensaje. Pero quiero preguntarte, para dejarlo bien aclarado, si este mensaje es exclusivamente el que debió dar Juan hace dos mil años para esa época o de alguna manera también es un mensaje que tú estás dando para esta época.

Johnakan Ur-el: El mensaje es sólo para aquella época, no para la actual. Es lo que Juan tuvo que haber dicho en la isla de Patmos. Naturalmente yo lo he resumido.

Interlocutor: Está bien, ahora el Apocalipsis quedó perfectamente explicado.

Johnakan Ur-el: Quiero aclarar que la tergiversación que hizo mi parte encarnada en esa época fue de buena fe, no con segundas intenciones.

Interlocutor: La buena fe de Juan nunca estuvo en duda. ¿Juan había sido torturado?

Johnakan Ur-el: Sí, muy salvajemente.Lo quemaron con aceite hirviendo, con hierros al rojo vivo.Además, tenía una edad muy avanzada.

Interlocutor: ¿Por qué no se lo mató?

Johnakan Ur-el: Porque finalmente lo consideraron inofensivo y entonces lo liberaron.

Interlocutor: Murió, por lo tanto, de muerte natural.

Johnakan Ur-el: Así es, pero tuvo la voluntad tan grande, tan grande, de escribir a pesar de su estado.

Interlocutor: ¿Cuándo Juan habla de la Bestia, se refiere al Mal?

Johnakan Ur-el: Sí, se refiere al mal en sí, a la mente reactiva, al ego. No hay un Mal representado en una entidad.

Interlocutor: Entiendo. ¿Con todo lo antedicho quedaría aclarado definitivamente el verdadero sentido del Apocalipsis?

Johnakan Ur-el: Así es, porque el resto, como dicen ustedes en el plano físico, es delirante.

Interlocutor: Bueno, entonces doy el tema por terminado.

 

Bueno, hasta aquí llegó la sesión sobre el Apocalipsis, cuestión que la considero definitivamente aclarada y que espero que también lo esté para ti.

Un fuerte abrazo.